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Fue sólo cuestión de dos días para que los cuatro chicos aparecieran en la puerta de la casa de la tía Minji.

— Somos amigos de Jeonghan— dijo el pelinegro, ante la confundida mirada de la rubia frente a esos muchachos.

— Y de Wonwoo— añadió un chico en una silla de ruedas, un poco más atrás.

— Nop, sólo tú eres amigo de ese calvo— dijo el alto a su lado, en una sonrisa falsa.

— ¿Ellos se encuentran? — preguntó el cuarto chico, que se veía serio y adulto.

Minji rio por lo extraño de aquella conversación.

— Están arriba— dijo—. Pasen, les diré que bajen— añadió, esperó a que los cuatro pasarán, antes de cerrar la puerta y subir las escaleras.

Jeonghan apareció corriendo desde las escaleras, para recibir abrazos, unos cuantos besos y palabras de cariño de sus amigos.

Apenas podía disimular las lágrimas en sus ojos, quería llorar y reír al mismo tiempo.

Por más que había hecho mal al no decirle nada a sus amigos ellos seguían allí para él, lo seguían queriendo y habían viajado, sólo por él.

— Oh, Hannie— Hoshi fue el primero en reaccionar al ver al pelinegro fruncir el ceño y sorber su nariz constantemente, fue de nuevo hacia él para abrazarlo, dejando que el rostro del chico se escondiera en su pecho, acarició su cabello, sonriendo tranquilamente—. Puedes llorar, Jeonghan, estaremos para limpiar tus lágrimas y consolarte. También para hacerte reír y que olvides todo.

Los hombros de Jeonghan temblaron cuando comenzó a llorar, humedeciendo la camisa de Hoshi, aunque todavía quería dejar sus sollozos en silencio.

El mayor no dejó sus caricias, sintiendo al menor abrazarlo con fuerza.

— Estamos para llorar contigo si quieres, Jeonghan— murmuró, con un ligero nudo en la garganta—. Estaremos para tí siempre.

Escuchó un sollozo pero se volteó al notar que era de Mingyu, quien rápidamente se giró para agacharse hacia Minghao, el chico de la silla lo abrazó y rió un poco por lo sensible que estaba su novio.

— No empecemos a llorar todos, por favor.

— ¡Wonwoo~~! — Mingyu se separó de Minghao para ir hacia él.

— Oh, no, no, no ven- Aish— se quejó cuando Mingyu lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el hombro del rubio, lo rodeó torpemente y dió unas estúpidas palmaditas en su espalda mientras el castaño seguía llorando.

Minghao, Hoshi y Cheol rieron un poco por lo arisco de Wonwoo.

— Nos preocupamos mucho por ustedes— murmuró Mingyu, haciendo que la sala quedara en silencio para escuchar sus palabras, algo tapadas por el abrazo—. No nos vuelvan a dejar así.

Wonwoo se sintió mal un segundo, dejando las palmaditas para sólo rodear a su amigo con sus brazos, en una forma mucho más floja de la que el castaño hacía con él.

A veces sólo pensaba en Jeonghan y en él, y se olvidaba que había otras personas que también sufrían por la situación.

Un pensamiento bastante egoísta que estaba dignado a evitar.

Nunca había estado él sólo con Jeonghan.

Siempre estuvieron todos a su lado, ese momento no era la excepción, pero sí la muestra más clara de eso.

No sufrían uno, o dos, afectaba a todos. Y con ese sufrimiento venía el apoyo.

Y sabía que ese apoyo no era sólo para Jeonghan, también era para él.

Eran todos el uno para el otro, todos para uno y uno para todos, él no estaba sólo, nunca caminaba solo.

Eran un equipo y después de sufrir tanto estaban todos juntos.

Ese pensamiento lo hizo llorar, al igual que Mingyu, abrazándolo con ganas esta vez, agradeciendo con todo su corazón su simple presencia, al igual que la de los demás.

Sólo esperaba que sus reuniones, en el futuro, no sean llenas de lágrimas cómo era esta.

Loud  (WonHan Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora