El bullicio del paddock era inconfundible: reporteros, cámaras, ingenieros corriendo de un lado a otro. Checo observaba todo con una calma medida, como siempre lo hacía antes de una carrera. Pero hoy, algo más captaba su atención, algo que no podía ignorar, no después de lo que había pasado entre ellos.
Franco estaba siendo entrevistado a pocos metros de distancia. A pesar de su mirada profesional, sus gestos casuales y su manera de responder con naturalidad, Checo notaba cada pequeño detalle. Sus ojos se enfocaron en el joven piloto argentino, en su expresión animada mientras hablaba con la prensa. Franco parecía confiado, relajado... pero lo que atrajo la atención de Checo no fueron sus palabras, sino el modo en que su cuerpo se movía, casi imperceptiblemente. Era como si estuviera consciente de ser observado, como si supiera que el mexicano lo estaba mirando desde lejos.
El estómago de Checo se contrajo de deseo. Ya habían estado juntos, en más de una ocasión, pero cada vez que lo veía, esa chispa volvía a prenderse con más intensidad. Franco no solo había sido su aprendiz en la pista, sino también en aspectos mucho más personales. Y aunque su relación había empezado con un toque de admiración y complicidad profesional, rápidamente había evolucionado hacia algo mucho más físico, más intenso.
Checo intentó ignorar el calor que crecía dentro de él. Franco se veía tan atractivo bajo las luces del paddock, con ese aire de frescura que solo un piloto joven y prometedor como él podía tener. Sus ojos oscuros, su pelo despeinado por el casco y esa sonrisa... Esa maldita sonrisa que lo volvía loco. Checo sabía que no podía seguir viéndolo de esa forma sin actuar. El deseo lo consumía, y necesitaba liberarlo de alguna manera.
Franco terminó la entrevista y se despidió cortésmente de los reporteros. Checo lo vio alejarse hacia su motor home, y sin pensarlo dos veces, decidió seguirlo. Sabía lo que quería y lo que Franco también deseaba. Esa tensión que los había unido desde el principio seguía allí, cada vez más fuerte, cada vez más insoportable.
Al llegar a la puerta del motor home, Checo no dudó. Abrió la puerta con la seguridad de alguien que ya había cruzado esa línea antes, sabiendo que sería bienvenido. Franco estaba de espaldas, revisando algunos papeles en la mesa, ajeno a la presencia de Checo por un momento.
—Sabes que no puedes ignorarme después de lo que pasó en esa entrevista —dijo Checo con voz baja, cerrando la puerta detrás de él.
Franco se giró, sorprendido al principio, pero luego una sonrisa traviesa se formó en su rostro. La tensión entre ellos era palpable.
—No estaba ignorándote —respondió Franco, aunque ambos sabían que sus palabras no eran del todo ciertas. Había una provocación silenciosa en su comportamiento, como si hubiese disfrutado sabiendo que Checo lo observaba desde lejos.
Checo avanzó hacia él con pasos seguros, cada movimiento cargado de intención. El deseo que había sentido durante la entrevista ahora era un fuego que lo consumía, y nada lo iba a detener. Franco, por su parte, no se movió, esperando lo inevitable.
—Sabes perfectamente lo que haces, Franco —dijo Checo con una sonrisa ladeada, deteniéndose a unos pocos centímetros de él—. Sabes cómo provocarme.
Los ojos de Franco brillaron con una mezcla de desafío y deseo. Habían estado aquí antes, en este mismo lugar, con esa misma tensión que ahora crecía con cada segundo que pasaba. Sabía lo que venía, y lo deseaba tanto como Checo.
—¿Y qué vas a hacer al respecto? —provocó Franco, cruzando los brazos, como si desafiara a Checo a tomar el control, algo que ya había hecho antes, y que ambos sabían que haría de nuevo.
Checo no respondió con palabras. En lugar de eso, se acercó aún más, invadiendo el espacio personal de Franco hasta que apenas quedaba distancia entre ellos. Su mano se posó con firmeza sobre el pecho de Franco, sintiendo los latidos acelerados de su corazón bajo sus dedos.
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Aceleración y Atracción | Chepinto.
أدب الهواةFranco ha estado buscando la manera de mejorar su rendimiento en la pista. Después de varias conversaciones consigo mismo, decide acercarse a Checo Pérez, un piloto con años de experiencia en la Fórmula 1, para pedirle ayuda ¿Algo surgirá a raíz de...