𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎́𝐍 || ❝ Samantha se ofrece (amenaza) a ayudarle a Félix para conquistar a una amiga suya, con el beneficio de aprobar su último año de universidad ❞
-¿Te imaginas que cupido se enamore de su alumno?
-Cupido jamás se enamora de...
Mi nivel de estrés me haría explotar a punto e ebullición si seguía de éste modo; no entendía para nada lo del nuevo tema, de verdad. Absolutamente nada. Solo quería arriesgarme a intentar hacer algo por mi cuenta, pero era imposible.
—¿Samantha?— eso fue lo último para hacerme estallar.
—¡¿Qué?!— me giré molesta. Rápidamente, ablandé mi mirada avergonzada al mirar de quien se trataba, y más al saber que jamás trataba así a los demás, en especial si quiero convencerlo de ayudarme—. Ay, perdóname Félix.
—¿A qué se debió ese grito?— miró a su alrededor, parecía asustado. Ridículo más bien, ya veo porque no se le acercan las mujeres.
—Lo siento, no sabía que eras tú. Pensé que te irías, nos cancelaron la clase— volví a concentrarme en mi laptop.
—No, te estuve buscando... eh...— se colocó frente a mí, moviendo sus manos de manera extraña... tanto como él—. ¿Te acuerdas de lo que me dijiste ayer?
Pero por supuesto que me acordaba.
—Claro que sí— dejé inmediatamente lo que hacía, juntando mis manos sobre mi mentón para sonreírle interesada—. ¿Ya tienes una respuesta?
—Sí...
Esperé pacientemente mientras tomaba asiento conmigo, asintiendo con algo de vergüenza. Lo sabía.
—Está bien. Te ayudaré con informática, y... acepto que seas mi cupido.
—¡Sí!— celebré—. ¡Ahuevo! No vas a arrepentirte en verdad, te ayudaré a enamorar a Rocío y yo...
—Baja la voz— se removió incómodo.
—Félix, estamos solos.
—¿Cuándo empezamos?
Vaya... desesperado.
—¿Te gusta mucho ella o me quieres ayudar?
—¿Tú qué crees?— me miró con seriedad. Pendejo.
Me levanté, quedando ahora frente a él, y sin pensármelo mucho le extendí mi mano, esperando porque la aceptara con el mismo entusiasmo que yo, eso quería en realidad. Recibí una sonrisa corta de su parte, tomando mi mano de regreso y eso no pudo ponerme más feliz.
