Capitulo 1

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Mientras el carruaje avanza observo el paisaje, aunque los últimos ataques no ha dejado mucho que admirar, aun asi no quiero perderme nada porque no se cuando volvere a salir.

Estoy viajando a el Reyno de Rumert's, la princesa Azenet Wististore conocerá a su futuro esposo, Leonardo de Rumert's y yo soy su doncella Katherine Line, cualquiera que quiera mi trabajo con gusto se lo cambió.

Doy un suspiro extasiado al oler el aroma de los árboles pero al sentir su mirada me hace voltear a verlo molesta.

—¿Necesita algo, majestad? —Cuestiono bordaz al tirano del rey Matías.

Me observa de esa manera que me genera asco antes de negar y voltear a ver a la ventana.

—Algun día vendrá alguien que te baje los humos, Katherine. —Responde Ester molesta, la esposa de rey y mi enemiga.

—Y mientras seguiré brillando alto. —Sonrio para hacerla enfurecer el doble

Jamás he entendido porque me odia, pero lo hace y cuando la vida te ha golpeado tantas veces como a mi aprendes a defenderte de alguna forma, ¿Yo? yo tuve que poner una muralla que nadie puede atravesar para que nadie me vuelva a lastimar. 

—Basta Katherine. —Ordena Matias apretadose el puente de la nariz. 

—Ella comenzo. —Recalco lo obvio—. Yo pregunte si necesita algo, como me estaba mirando y bueno me trajo para servirles ¿No? pense que me necesitaba —Alego. 

—No es que hayas preguntado, si no como lo hiciste—Responde sin procesar lo que acaba de decir. 

—¡Dije basta! —Exclama el rey—. ¡Y tu cuidado con lo que dices! —La regaña apuntandola con el dedo, sin que nadie se de cuenta le  sonrio burlona, se pona roja de coraje, eso de significa que yo gane. 

Las grandes rejas del palacio se abren y el carruaje se adentra, los primeros en salir son los reyes, después la princesa yo soy la ultima y al ver a la reyna de Rumert's veo que no disimula la molestia de verme lo que me hace sonreír.

Ester y Yuliana son hermanas y si, ambas me odian.

Me quedo de pie detrás de los reyes observando el palacio, es un poco más pequeño que el de Wististore mientras que Yuliana se disculpa por la tardanza de su hijo, que debería estar aqui para resivir a su futura esposa.

El sonido del caballo  llama la atención de todos, solo vemos el jinete que se dirije hacia nosotros, lo hace relinchar para después quitarse el casco dejando al descubierto su cabello rubio.

Por la forma de comportase de ese hombro deduzco que es el príncipe y es que ellos no son como en los libros, en realidad son vanidosos y egocéntricos. Se baja del caballo blanco y el sirviente se lo lleva. Abraza a su madre y después a tía y suegra Ester, Azenet se pone frente a el pero el la ignora porque viene caminando hacia mi curioso.

—¿Y quién eres tu? —Dice mirándome con un brillo en sus ojos que no se si sea normal.

Su actitud me desconcierta.

Aznet me habienta con su cuerpo para quedar frente al príncipe—. Es mi doncella.

—¿Y cuál es el nombré de tu doncella? —Inquiere regresando su mirada a mi.

Soy el centro de atención y eso me está dando nerviosismo y por la manera que me está mirando Azenet se que me traerá problemas.

—Katherine. —Me llama Ester—. Acomoda el equipaje.

—Katherine —Murmura mirándome caminar.

Después de hacer mis labores anduve conociendo el palacio, ahora mismo estoy en el salón de arte, el carraspeó me hace darme la vuelta para irme de aqui pero su cuerpo me lo impide. Este hombre tiene problemas de confianza «¿Porqué hizo eso?».

—¿No hace reverencia, Katherine? —Cuestiona con altanería.

Al pasar toda la vida en el palacio puedo saltarme varias reglas, como hacer reverencia, ver a la realeza a los ojos, además «¿Quien le dió permiso de tutearme?»

—Permiso. —Digo pasando de largo pero su cuerpo me lo vuelve a impedir, se acerca demasiada a mi lo que me hace dar pasos hacia atrás—. ¿Que hace?

—¿De verdad eres la doncella de Azenet? —Su pregunta me desconcierta totalmente.

La puerta suena y la princesa se adentra, al ver a mi acompañante su mamá expresión cambia totalmente.

—Leonardo, mi tía te está llamando.

—Ya voy. —Dice como si el tener que hablarle a su futura esposa fuera una molestia.

Aprovechando este momento me dirijo a mi habitación pero Azenet me toma por el brazo.

—Mamá ya te había advertido que te mantengas lejos de el. —Me está clavando las uñas en el brazo, me suelto de su agarre.

—Yo estaba ahí y el llegó, no es culpa mía.

—No me importa de quien sea la culpa, si te vuelvo a ver cercas de el le diré a papá y sabes cómo es cuando un hombre se te acerca.

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DONCELLA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora