Confesión

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Una noche mientras Dylan y Marssello caminaban por las calles bulliciosas de la ciudad, rodeados de luces de propagandas, el pelinegro pensaba que tarde o temprano llegaria el momento de confesarse.

Entonces Marssello llevo a Dylan a un callejón alejado del ruido y lo acorraló contra la pared.

—Dylan...—comenzó Marssello, su voz temblando ligeramente mientras su corazón latía con fuerza—Necesito hablar de algo que ha estado en mi mente y en mi corazón desde hace un tiempo.

Dylan, notando la seriedad en el rostro de su amigo, no trato de librarse del agarre, admiro sus ojos atras de sus lentes, llenos de curiosidad y una chispa de preocupación.

—¿De qué se trata?— preguntó, su tono suave y alentador.

Marssello tomó aire profundamente, tratando de reunir el valor que necesitaba para abrir su corazón.

—Mira, desde que tuvimos esa conversación en el gimnasio, me he dado cuenta de que no puedo seguir ignorando lo que siento por ti. Nuestra amistad siempre ha sido especial para mí, pero he estado sintiendo algo más fuerte. Es como si cada momento que pasamos juntos, cada risa, cada mirada, me recordara que hay algo más entre nosotros. Y necesito que sepas que me gustas, Dylan. No solo como amigo, sino de una manera mucho más profunda.

Las palabras de Marssello cayeron en el aire como una revelación, iluminando el espacio entre ellos. Dylan se quedó paralizado por un instante, su corazón latiendo con fuerza ante la sinceridad de su amigo. Una mezcla de sorpresa, alegría y algo más lo invadió.

—Yo... yo también siento lo mismo— respondió Dylan, su voz temblorosa pero sincera—He estado pensando en esto desde hace tiempo, pero no sabía si tú también lo sentías. La verdad es que me asustaba un poco la idea de que pudiera cambiar nuestra amistad.

Marssello sintió un alivio inmenso al escuchar esas palabras, como si un peso enorme se hubiera levantado de sus hombros.

—Me alegra tanto que lo digas. La verdad es que he estado luchando con esto. No quería arriesgar nuestra amistad, pero cada vez que estoy contigo, siento que hay una conexión que va más allá de ser solo amigos. Es como si el mundo se desvaneciera cuando estamos juntos, y no puedo evitar pensar en lo que podríamos ser.

Dylan dio un paso más cerca, la tensión del momento palpable.

—Eres muy importante para mí, Marss. La idea de perderte me asusta más que cualquier cosa. He estado tratando de entender mis sentimientos, y lo que siento por ti es genuino. Estar contigo me hace sentir completo, y la idea de construir algo más juntos me llena de felicidad.

Marssello sonrió, su corazón rebosante de alegría y esperanza. La conexión entre ellos se hacía más evidente, y en ese instante, se sintieron más cercanos que nunca.

—Entonces, ¿ya me puedes dejar ir? —preguntó Dylan, con un poco de gracia en su voz.

Marssello lo soltó, disculpándose por haber sido tan brusco y repentino.

—Pero preparate porque un dia de estos no me contendre y te besaré—dijo el pelinegro con seriedad, haciendo reír con nerviosismo al de lentes.

Dylan tomó la mano de Marssello con suavidad, mirándolo a los ojos, como si en esa mirada estuvieran compartiendo un secreto solo para ellos.

Siempre te defenderéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora