7. ¡Mi hijo no es un maricón!

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«Unas simples palabras, pueden doler más que unos golpes».

[....]

CAPITULO 7.

—Especial Luigi—

¡Ya deja de pegarme! —Le grito a papá, deteniendo el golpe que me dará. No sabía que al llegar a casa todo sería un desastre porque mi padre había encontrado fotos y conversaciones que he tenido con otros chicos. Si nunca dije que era gay es porque los conozco y sabía que iban a reaccionar de esta manera. Siento que ya no puedo más, me duele el cuerpo de tantos golpes que me ha dado mi padre. Mamá solo mira cómo me quejo cuando papá me manda un puñetazo justo en mi nariz haciéndome caer al piso—. iPapá, por favor ya! ¡Soy tu hijo!

-¡Mi hijo no es un maricón! —Me grita, dándome una patada en las costillas—. Quiero que saques tus porquerías y te vayas de mi casa.

-Mamá... —le suplico, con mis ojos aguados y un dolor inmenso en el alma.

-No puedo hacer nada por ti, si tu padre dijo que te vas. lo harás.

-¡No pueden hacerme esto! ¡Yo no elegí ser homosexual!

-¡Cállate! -Recibo otro golpe de papá. Me toma del cuello de mi camisa y me arrastra hasta la calle donde me tira logrando que lastime mi brazo—. Te largas, y ahora solo con lo que tienes puesto. No quiero un hijo marica.

-Eres tan necio que no puedes entender que soy gay -me levanto con la poca fuerza que tengo—. No puedes entender que me gustan los chicos, y todo porque eres un homofóbico más.

-Entiende tú que el mundo es de los más fuertes y nosotros dominamos a los débiles como tú. Cuando saques de tu cabeza esas ideas enfermas, regresas, mientras no tienes derecho a nada con nosotros. No nos busques y menos nos llames.

-No te preocupes, papá, no los buscaré.

Me giro para alejarme pensando que me dirá que me detenga. No lo hace. Mis papás no saben el dolor que me están causando, yo nunca pedí ser gay, nunca pedí sentirme atraído por los chicos en vez de las chicas. Me duele que vivamos en una sociedad tan mierda que juzga lo que para ellos es diferente. ¿Qué hay de malo en ser homosexual? Están mal si piensan que lo mío es una enfermedad, cuando no es así. No solo duelen los golpes que recibí de papá, no solo duele saber que mamá no me defendió, duelen las palabras. El desprecio era tan claro en la cara de mis padres que prefiero estar lejos de ellos que tenerlos cerca y dejar que hagan de mi vida una miseria.

Con la poca fuerza que tengo toco el timbre de la casa de Karime, con el pasar de las horas el dolor de los golpes y las heridas a aumentado. Me tocó venirme caminando, no tenía para un taxi o para tomar un bus.

—¡¿Qué te pasó?! —Es todo lo que dice Briggitte quien es la que abre la puerta—. iKarime, ven aquí! ¡Luigi está golpeado!

No alcanzo a hablar cuando pierdo la fuerza de mis piernas, y aunque Briggitte intenta que no me caiga mi peso corporal la trae conmigo al suelo.

-¡Oh, por Dios! ¿Qué te pasó? —Aparece Karime dejando ver la preocupación—. ¿Quién te hizo eso? Oh, no, mira cómo te dejaron.

-Fue papá.

-¡Qué! —Gritan las dos al tiempo.

-Se enteró que soy gay —me quejo al hablar—. ¿Puedo quedarme con ustedes unos días?

-Por supuesto que sí.

-iPor supuesto que no! —Se escucha una voz seguida de la de Karime—. Este jovencito no entrará a mi casa.

Amor Prohibido - garimeWhere stories live. Discover now