Capitulo II

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Aunque lo estaba viendo, no lo creía.

Simplemente se estaba dirigiendo al ‘árbol devorador de hombres’, se encontró con no solo uno, si no que dos niños los cuales le estaban evitando el paso para dirigirse hacia el árbol.

‘No puedes acercarte, morirás’

constantemente le repetían eso.

Tal como su nombre indica este árbol es famoso por 'devorar' a los hombres que se acercaban, claro eran rumores, pero nadie se quería arriesgar a acercarse y que el árbol los ‘devore’, Cale sabía que el árbol es inusual porque guarda un poder antiguo y uno que necesitaba para cumplir su más grande sueño, el cual en su vida pasada no tenia las herramientas para cumplirlo.

🌟Ser un holgazán🌟

Pero estos niños estaba obstaculizando su camino, pero lo que más odiaba era que estos niños estaban heridos y sucios, una de las cosas que Cale más odiaba era ver a los niños heridos y en malas condiciones, entonces, bajo la bolsa llena de panes para agarrar dos y darles a los niños, los cuales la niña que parecía ser mayor, tiene el cabello gris, y ojos dorados y el menor debe ser el de cabello rojo y ojos dorados, al parecer son hermanos.

—Tomen y váyanse, fuera de mi vista—dijo Cale y vio como los niños dudaron un rato pero decidieron irse no muy lejos.

—No debes morir...—dijo la niña.

Después de que se fueran, Cale se dispuso a darle de comer al árbol por un agujero negro que estaba a los pies del árbol, una vez vacío la bolsa se dirigió al camino para ir de vuelta a la gran casa y se encontró en el camino a los dos niños comiendo el pan que Cale le dio.

—Si quieren más no le digan a nadie—dijo Cale, siendo esto lo único dicho hacía ambos pequeños, a los que estos simplemente asintieron, con el paso del tiempo pasaron 4 días con la misma rutina, solo faltaban dos semanas para empezar el viaje, ya que era una gran distancia.

Sinceramente, a Cale no le gustaba la idea, pero no tenía de otra.

La última vez que visitó el árbol había conseguido el poder del escudo, y empezó a llover.

En su camino de vuelta a su habitación, unos gatos estaban en la puerta maullando, Cale no tuvo el corazón para dejarlos en medio de la lluvia con el frío, entonces no pudo dejarlos con Ron, sabía lo aterrados que era aquel anciano.

—Ron, por favor, prepara algo de agua tibia y cualquier cosa para bañar a dos gatos—dijo Cale, Ron con educación se aparesuro por  los pedidos de su joven amo.

Mientras los gatos seguían en sus brazos sonrió mientras una idea pasaba por su cabeza.

“Tienen un olor a pan y medicina, es muy obvio”

Piensa Cale mientras sonríe un poco.

“El de color plateado será la hermana mayor de cabello grisáceo, y el gato de color rojo será el hermano menor”

—¿Les gustó el pan y el pollo?—preguntó Cale mientras se dirigía a su habitación.

Los gatos parecían estupefactos.

Primero se esmera en quitarle las hojas y pequeñas ramas de sus pelajes.

Cuando todo estaba listo entro y removió cada suciedad en sus cuerpos con cuidado de no estirar el pelaje de los hermanos.

Al cabo de un tiempo, logro por fin sacar todo, al menos eso piensa y los seco con cuidado, los dejo en el sillón y el mismo se dio una ducha luego. Tenía que hacer algo más ese día.

Los clichés de la vida de la escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora