El comienzo

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─ ¿No es extraño cómo sucede todo esto? Toda mi vida soñé con... las luces brillantes, la gran ciudad. Ya sabes, te dicen que va a ser glamorosa, y que lo tienes todo... te dicen que tienes suerte. Pero nadie te dice lo sola que vas a estar. Y no te dicen cuando estás dando vueltas frente al espejo siendo una niña lo que los periódicos van a decir sobre ti algún día. Porque no te dicen que te están construyendo sólo para tratar de derribarte. Pero todavía no lo han hecho.

Hablaba principalmente para sí misma, consciente del movimiento detrás de ella, la sala abarrotada de camarógrafos, un equipo de maquillaje, asistentes y técnicos de sonido. Su publicista estaba allí, y su manager, todos charlando mientras gritaban órdenes, revisaban los micrófonos, se aseguraban de que las luces cegadoras fueran lo suficientemente brillantes para iluminar el área de aspecto cómodo y preparado para la entrevista. Dos sillones de cuero marrón con respaldo alto estaban inclinados uno hacia el otro, una mesa baja colocada frente a ellos con dos tazas de agua y un jarrón de fresias que agregaban algo de color. Una alfombra persa se encontraba debajo de todo, con el fondo de una de las estanterías empotradas de Brenda que le daban una sensación acogedora. Era el entorno perfecto para emitir un aire natural de tranquilidad una vez que las cámaras comenzaran a grabar, pero tanta gente en su apartamento la estaba poniendo nerviosa.

Nadie le prestó atención mientras sus voces llenaban la habitación con una fuerte cacofonía, las voces eran indistintas al fusionarse, y ella se dio la espalda a todo, mirando por la ventana alta, contemplando el miserable cielo gris afuera. Iba a llover, y ya algunas motas sueltas mojaban las ventanas mientras miraba, vestida informalmente con una camisa blanca sencilla metida dentro de unos jeans lavados a la piedra. Incluso el atuendo era intencional, para emitir un ambiente relajado, hasta el fino collar de plata con el dije de avión de papel, los dos anillos en el dedo medio de su mano derecha y el maquillaje neutro. Su cabello oscuro ondeaba ligeramente, no exactamente sus rizos característicos de sus días de juventud, pero regresando del estilo corto y alisado químicamente que lucía.

-¿Hm? - preguntó su asistente, reconociendo que había hablado -¿Dijiste algo?, ¿Quieres más agua?

Brenda se dio la vuelta para mirarla y sonrió levemente. -No es nada. Estoy bien.

Se retorció las manos y las miró, observando las uñas perfectamente cortadas para tocar la guitarra, pintadas con un esmalte transparente, y los anillos de su mano derecha, que retorcía nerviosamente mientras esperaba que todos terminaran de prepararse. Respiró con dificultad y se volvió hacia su asistente, dedicándole una sonrisa forzada.

-Oye, Mony, ¿te importaría traerme un poco de agua? Gracias.

La mujer más baja le devolvió una cálida sonrisa y le tocó suavemente el brazo antes de irse a buscar una botella del frigorífico. El equipo de cámaras llevaba la suya, pero Brenda se guardó una marca específica para ella y, agradecida, aceptó la botella de manos de Mony cuando reapareció un momento después. No tenía mucha sed, pero tenía la boca seca por el nerviosismo y necesitaba hacer algo.

─ ¿Brenda? ¿Dónde está? Oh, Brenda, es hora de una prueba de micrófono, ¿puedes venir aquí? ─, gritó su representante, Caro Graves, haciéndole señas para que se acercara mientras la ubicaba en una esquina, lejos de toda la actividad.

Suspirando, le entregó a Mony su botella de agua sin abrir y le dio a la asistente una sonrisa agradecida mientras le deseaba suerte, antes de caminar hacia su gerente. Con el brazo alrededor de su hombro, Caro la condujo hacia un hombre que sostenía un pequeño micrófono. Era un micrófono de solapa, que se sujetaba al cuello de su camisa y serpenteaba debajo de él, conectándose al transmisor negro sujeto a la parte posterior de la cintura de sus jeans. Se quedó allí rígida mientras dejaba que el hombre lo sujetara a sus jeans, mientras ella sujetaba el micrófono a su cuello y deslizaba el cable dentro de su camisa, desabrochando la parte inferior y sacándolo por el otro extremo.

The camera flashes make it look like a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora