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— Darcy... — gimoteó Josh, yo solo ruedo los ojos, ha bebido mucho, seguramente ahora esté delirando y lo que estoy haciendo es mucho mas divertido. Pintarle la cara a Chris.

Me tapo la boca para evitar despertarle con el sonido de mi risa, estos dos descerebrados... Siempre se pasan con las bebidas en las fiestas.

Veo a Hannah de reojo, está mirando un papel que está sosteniendo, la veo sonreir e irse, al poco llega Beth.

—Valla... Parece que mi hermano nos ha vuelto a superar a todos— dice riendose.

—No te creas, Chris tambien tiene una buena tajada — me levanto y me hacerco a Beth. 

—¿Sabes donde están todos?

—Ni idea, pensaba sacar la guitarra un rato pero... Si no hay nadie para escuchar...

—Creao que tu guitarra quedó fuera. Deberias ir por ella, yo te escucharé — me dice sonriendo. Yo asiento agradeciendole el gesto.

—Haré eso, pero antes... Creo que llevaré a Josh a su cuarto, la última vez que durmió en el sofá se la pasó quejándose del dolor de espalda tooodo el día.

Beth y yo reimos, y allí me agacho frente a Josh mientras ella va a la cocina a agarrar algo de beber, probablemente.

L e doy unos toquecitos en el hombro para tratar de despertarlo, se ve tan mono cuando duerme...

—Cariño... Estas muy guapa ¿sabias? — murmura, entreabriendo los ojos

—Y tu muy borracho... — le respondo aguantandome la risa —Anda, dejame llevarte a la cama.

—Si... A la cama— sonríe de forma ladeada. Sé perfectamente en qué está pensando.

—No voy a acostarme contigo Josh, no estando así.

—Oh... ¿Porfa? — me suplica mientras lo ayudo a levantarse.

—Solo si eres capáz de decirme todo el abecedario sin travarte

Josh resopla derrotado y, casi a rastras, lo llevo a su habitación. El solo se tira en la cama, cae boca abajo y apenas un par de segundos después escucho un ronquido.

—Buenas noches amor.

Susurro antes de abandonar la habitación.


La montaña de los Washington es bastante bonita, si sabes como verla, y bastante terrorifica, si estas sola en la oscuridad. Por suerte, yo no estoy en la oscuridad, el porche delantero tiene una luz que va por sensor, y, aunque al abrir la puerta al exterior el frío aire invernal me de un mazazo en la cara, es disfrutable.

Agarro mi guitarra, que, efectivamente estaba fuera, se me olvidaría meterla dentro despues de haber estado cantando por la tarde en el claro cerca de la casa.

La guitarra se siente fría al tacto mientras la levanto, pero no tanto como el aire cortante que me rodea. El sonido del viento se intensifica y me hace temblar, aunque no estoy segura de si es por el frío o por otra cosa. Justo cuando estoy a punto de regresar al calor de la cabaña, veo algo que me hace detenerme: una figura corriendo hacia el bosque. Hannah.

¿Qué hace corriendo sola a estas horas?

Doy un paso hacia ella, pero entonces veo otra figura detrás. Es Beth, corriendo tras Hannah con un aire de urgencia. Frunzo el ceño, y antes de que mi mente lo decida, mis pies ya están en movimiento.

Corro tras ellas, sintiendo cómo la adrenalina empieza a bombear en mis venas. La luz del porche se desvanece rápidamente, dejándome en la penumbra del bosque. Las ramas crujen bajo mis botas, y la guitarra en mi espalda se siente como un peso inútil en este momento.

Huellas en la nieve - Until Dawn - Josh WasingtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora