Metamorfosis ━━Jasper Hale.

Capítulo 1

De cierto modo siempre hemos creído que somos únicos, que nos diferenciamos de los demás y la sociedad. Quizá se deba a los prejuicios, a los ideales o la religión y política. Sin embargo, quizá yo sí era diferente.

Pues, jamás me he sentido parte de ningún lado. Caminar siempre sin rumbo, y sin ninguna gota de razón ha sido mi lema y fachada desde que tengo uso de razón. Papá decía que era porque éramos cuervos, pero hasta los cuervos tenían su grupo para volar.

Hoy la nieve caía más rápido que ayer. El frío también es tormentoso, el paraguas tiene varios orificios por dónde se cuelan las gotas de lluvia. Aún el instituto está lejos. Mi caminar es algo torpe, por eso elegí zapatos de suela baja y un bastón para ayudarme en el trayecto.

A veces extraño a Alberto. Él sabía llevarme en su carro después de desayunar tostadas con queso y un café. Y después, al terminar la clase venía a recogerme sin un minuto menos ni un minuto más. Me cubrí de frente con mi paraguas cuando un auto pasó a toda velocidad por la vía.

Cerró los ojos cuando el agua de igual forma me empapó. A veces, también odiaba el clima de Forks junto con sus habitantes. Regresé el paraguas a su posición y aceleré el paso, a estás alturas seguramente agarraría otra gripe más fuerte que la de la semana pasada.

Papá, en verdad te extraño.

Rebecca corrió con ayuda de su bastón por la carretera. Siguió corriendo hasta visualizar el instituto e internarse en las instalaciones con el fin de ya no sentir la nieve, pero sí el frío en los huesos. Se despojó con dificultad de alguna de sus prendas, y las guardó en una funda para colocar en su casillero y luego sacar otro en dónde tenía un abrigo y otra bufanda junto con unos guantes. Después de la muerte de Alberto, ella tuvo que aprender a cuidarse más que nunca, y saber solventar a como de lugar sus necesidades.

Aseguró su casillero con el candado y se dirigió a la primera clase que era Biología con el Dr. Molina. Rebecca tosió en el transcurso. Quizá también debió sacar una mascarilla.

Y mejor lo hubiera hecho. Me senté en el último asiento que había en el aula de clases. No quería contagiar a nadie ni mucho menos que me echaran la culpa. Recosté la cabeza en la mesa, el doctor aún no hacía acto de presencia, pero mis compañeros tenían un gran ruido que martillaba mi cabeza.

Intenté buscar con poco entusiasmo mis audífonos en mi cartuchera que había dejado ya lista, pero quedó en fallidos al escuchar como alguien carraspeó cerca de mí.

"Hola"

Levanté mi rostro del asiento. Fijé mis pupilas en el individuo.

"¿Puedo sentarme?"

Y ahí debí haberle dicho que no, que no podía sentarse a mí lado, pues, el decir que era diferente tambaleó mi vida, y unos ojos dorados que parecían leer mi mente, lo sabían.

Saqué mi mochila del otro puesto.

"Gracias."

Rebecca asintió ligeramente la cabeza.

El profesor Molina al fin había entrado también con su maletín, algunas preguntas al azar y el tema de hoy junto con regalos para quienes respondieran correctamente todo.