ʚɞI corazón llorar.
Algún día dejaremos de ser masoquista.
Estoy triste, ¿y que hago? Fácil, escuchar canciones que hacen más intenso mi sufrimiento. Xander se fue hasta hace un rato, Lex me dió una charla que duró cómo mínimo una hora y no he hablado con ninguno de mis familiares, sólo mamá y no hablo con ella desde el hospital.
No quisiera imaginar cómo me veo ahora mismo; tirada en mi cama, con rímel corrido por toda mi cara marcando el camino por el cuál pasaron mis lágrimas y un plato con unas porciones de pizza sin tocar porque sólo he estado llorando. Quisiera ver algo positivo, porque aunque lo hay, no puedo sacar de mi cabeza la idea de que no salga de esto, una idea que puede parecer algo extremista, pero aún así es posible.
Ahora mismo, de verdad, no quiero ver a nadie, ni hablar con nadie, ni nada con nadie, sólo quiero estar yo sola. Siempre he dicho que no hay que rendirse por recibir malas noticias, siempre va a existir una manera, algo positivo, sólo se necesitaba fuerza. Pero, ¿que pasa si no tengo esa fuerza? Me siento tan, pero tan pequeña y sumergida en un problema que sobrepasa mis propias capacidades.
<<¿Que voy a hacer? >> me pregunto a mi misma, y no tengo una respuesta. A veces sólo me sigo sintiendo una pequeña niña, vulnerable por cualquier cosa, a veces también me siento alguien madura, que puede llevar sus problemas sola, sin embargo, para nadie es un secreto que me gusta hacer las cosas codo a codo con alguien más, pero no puedo pedirle a los demás que lleven una situación con esta gravedad conmigo, sería cómo atraparlos conmigo, y eso no es lo que quiero.
Me intento distraer, pero son intentos fallidos. Usualmente en casos así, suelo buscar distraerme o simplemente alejarme de todo un rato, ahora ninguna de las dos está funcionando. Pensando en absolutamente todo de mí, me di cuenta que al tener algún problema me refugio mucho en el humor o hacer algo que usualmente no haría alguien que se siente mal, eso no me ayuda a llevar las cosas, solo a guardarlas mucho mejor, a dejarlas en mi olvido bajo una coraza de risas y actividades con amigos.
Sólo lo hacía con estas cosas, con cosas con este tipo de gravedad, me gusta comunicar mis problemas, pero cuando son así, prefiero no decir nada, no quisiera preocupar a los demás con mis cosas. La combinación perfecta entre evadir y atacar los conflictos, increíble.
De pronto, un ruido en mi habitación hace que me salga un rato de mi propio mundo, doy un pequeño respingo y me apresuro a secar mis ojos. Cuando volteo a ver el ruido, era mi puerta, entreabierta.
──¿Dani...? ──escucho la voz algo quebrada de mi hermana mientras asoma su cabeza por la ranura antes abierta de la puerta.
Gia, mi hermana menor, de las personas que más amo en este mundo, de las que más confianza le tengo, por ende bajo un poco mi guardia.
──Hola... ──la saludo en un tono de voz bajo y la idea de imaginar cómo de hinchada debo estar, tomando de referencia cómo se ve mi hermana en este momento, me causa algo de gracia, suelto una leve risa, la cuál ella corresponde.
──Estás súper roja ──señala lo obvio y ríe un poco más, mientras inicia a caminar hacia mí, cerrando la puerta detrás de ella, dejándola atrás.
──No te has visto tú ──la molesto un poco, abriendo mis brazos en su dirección, gesto que responde con bastante rapidez y se convierte en un abrazo.
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Y si algún día me voy
Humorʚɞ Una mala noticia. La peor transición de la vida, en serio, ¿como es que esperaba por estos momentos? Pinche edad de la punzada. Estoy confundida, es decir, sí sabia que quería hacer hasta este punto de mi vida, hasta podría decir que la tenía me...