Iris. |RinSagi Week 2024|

6. ACTOR.

«Tengo que sacarme esto del pecho
te lo digo hoy
Que cuando hablo contigo, oh, Cupido pasa por ahí
Y dispara una flecha a través de mi corazón
Y sueno como un loco, pero ¿no lo sientes tú también?»

Laufey - “From the Start”

[...]

Día 6: Industria del entretenimiento AU!

Isagi siente una desconexión, por un momento su piel ya no es suya, su voz ya no le pertenece, y él ya no es él.

Maldita sea, en ese momento deja de ser un hombre de veinticinco años con un trabajo de actor en ascenso y una vida estable. En ese mismo instante, vuelve a ser un adolescente de dieciocho años, que intenta frenar las lágrimas que se amontonan en sus ojos, mientras le dice a su novio que tienen que terminar su relación.

—Cuanto tiempo sin verte, Isagi.

"Isagi". ¿Es un idiota sentirse dolido por eso? Ni siquiera debería esperar otra forma de ser llamado, después de todo, han pasado casi siete años desde la última vez que se vieron pero...

“—Llámame Yoichi. Soy tu novio ahora. —dice. Siente que incluso su cuello se enrojece ante esas palabras, no sabe si es vergüenza o emoción pero el menor sonríe.

—Claro, Yoichi, ahora eres mi novio.”

Sin embargo, ahora es su ex.

Rin luce... Bien. Es decir, está diferente, pero no podría esperarse menos en la cantidad de años que han pasado. ¿Está bien considerar que su ex se ve guapo? Tal vez incluso más que antes, o tal vez, solo sea porque Rin ha madurado, se nota un cambio en lo que él es, en la forma que se proyecta al mundo, y que si tal vez se hubiera encontrado frente a una imagen parecida del adolescente de ojos turquesa que alguna vez quiso...

¿Quiso? ¿En pasado?

¡Claro! ¡En pasado!

Isagi quiere darse un golpe contra la mesa por pensar diferente. ¿Qué tan patético habría que ser para no haberlo superado del todo siendo tanto el tiempo que ha pasado?

Aunque en su defensa...

Él nunca quiso terminar con Rin.

Suena un golpe de pronto, no es un ruido demasiado fuerte pero es lo suficiente para sacarlo de su estupor, Itoshi lo mira, tiene la palma abierta contra la mesa y no hay que ser un genio para adivinar que él fué quien hizo el golpe.

—Veo que te sigues perdiendo en la nada. —comenta, recostando su mejilla en su otra mano sin dejar de observarlo.

—Algunas cosas no cambian. Supongo. —responde el mayor. Traga saliva, intentando disimular sus nervios. Rin se ve demasiado tranquilo y no es que le moleste, simplemente, se siente expuesto de estar tan afectado y mientras que él parece no tener ningún sentimiento hacia todo está situación. —Y otras sí que lo hacen. Me sorprende verte por aquí, esta no se parece en nada a una actividad a la que irías por gusto personal.

Pensando en el Rin que conocía (¿El Rin que conoció?) Él nunca, ni en un millón de años, habría participado en un programa de citas rápidas.