🍁ˎˊ˗ tres

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El trabajo estaba avanzando correctamente. Kazuha, al parecer, sabía más de lo que aparentaba. Y eso en cierto modo es bueno. Kazuha siempre se esmera en sorprender a las personas, o eso creo. Porque de una manera u otra siempre lo consigue.

Es una especie de caja sexy con sorpresas.

Digo... supongo.

La investigación estaba realizada. Todo el marco teórico estaba concreto y correcto. Aunque, claro... ¿Por qué no habría de estarlo si yo lo hice?

Kazuha se encargó de la decoración. Es decir de colorear, transcribir y decorar las cartulinas, o como él prefiere definirlo: “El diseño gráfico y visual del trabajo” pues “La presentación es un elemento MUY importante para cualquier trabajo” y “Quien lo hace tiene una mente abierta y creatividad ilimitada” y eso “Me abrirá miles de puertas, pues nadie se resiste a mi talento”.

Claro, además del útil resumen de media cuartilla que Kazuha logró hacer. Si, lo admito, fue bueno. Pero que siga trabajando como decorador.

En nuestra relación yo soy el listo.

— Scaramucci, tengo hambre, aliméntame. — Kazuha se estiró sobre la silla del comedor, haciendo que el sonido de unos cuantos huesos en sus cuerpo se escuchará y resonara. Me levante de la silla y caminé hacia la cocina. Hay pizza en el horno. Sé que te debo atender yo por ser mi casa pero... estas como en tu casa, amigo. — Dijo.

— Claro, aprovechemonos de Scaramouche y su inigualable talento culinario y habilidad gastronómica. ¿Me viste cara de refrigerador o qué? — Me quejé, mientras sacaba del horno los pedazos de pizza y los ponía a calentar en el microondas.

— Seguramente usar un microondas requiere mucha experiencia. Y en realidad ahora te veo como un gran pedazo de carne. — Dijo. Reí al igual que él.

— Si esperas que te diga “Ven y cómeme” tu espera será eterna. — Bromeé.

— No mientas... no podrías negarte. Soy irresistible. — Reí.

— Soy un pedazo de carne difícil.

— Y eso le da el sazón.

— A veces me das miedo. — Le dije. Saqué el plato con seis trozos de pizza (De lo que yo seguro comería cuatro) regresé al comedor y puse el plato en la mesa, sobre los cuadernos y libros.

— ¿Te doy miedo cuando tengo hambre? — Tomó un trozo de pizza y le dio una mordida amplía.

— Un poco. — Dije haciendo lo mismo.

— Pero tu eres la bestia al comer, no yo. — Se quejó.

— Sientes envidia porque yo sé cocinar. — Tomé otro trozo de pizza cuándo me termine el primero.

— Usar un microondas no cuenta como cocinar.

— Si cuenta.

— No...

— Si...

— No, porque...

— ¡Ya! — Interrumpí. Cuando menos me di cuenta el plato ya estaba vacío (y solo comí tres).

— ¿Ya le dijiste a tu mamá que te quedarás a dormir?

— Sí, le mandé un mensaje. — Contesté, restándole importancia al asunto. Kazuha asintió, mientras ocultaba una sonrisa que se apareció en las comisuras de sus labios.

— Creo que ya es tiempo de... decir mi secreto. — Dijo con voz determinada. Alcé ambas cejas con sorpresa y lo miré atentamente.

— ¿Cómo?... — Pregunté. Kazuha se encogió de hombros.

— Si te vas a quedar a dormir tienes que saberlo. — Dijo. Lo observé con curiosidad. ¿Qué tiene que ver su secreto con que me quedé a dormir esta noche?

— Ya dime, anda. — Le pedí.

— Tengo problemas nocturnos, Scaramouche. — Dijo. Sonreí. Bueno, eso no es tan grave.

¿Por qué lo hace parecer como si fuera tan importante?

— Tranquilo, yo también ronco y lanzo patadas. — Kazuha soltó una carcajada.

— No ese tipo de problemas. Tengo un trastorno... extraño. — Intentó explicar. ¿Trastorno?

— ¿De qué se trata? — Cuestioné con las cejas fruncidas y una expresión de obvia confusión en mi rostro. Kazuha sonrió.

— Padezco de sexomnia... — Dijo.

— ¿Y eso con qué se come? — Bromeé. Kazuha volvió a reir.

— ¿Seguro que quieres quedarte a dormir conmigo? — Cuestionó con un tono pícaro.

— ¿Si supiera qué es eso tendría que no estarlo? — Pregunté.

—Totalmente. — Afirmó.

— No puede ser tan malo. He dormido con Kaveh, sus pies apestan. ¿Qué te puede hacer peor? — Pregunté con una sonrisa burlona y aire confiado.

No creo que Kazuha tenga algo peor que eso. Además, dormiremos en cuartos separados. Seguramente quiere asustarme diciendo que es sonámbulo y asesino dormido, o hay fantasmas en su casa.

— Que tengo sexo inconscientemente cuando duermo, sin importar con quién.

 ๋࣭ ⭑᥉ᥱ᥊᥉᥆ຕᥒɩᥲ ୨ৎ  𝗸𝗮𝘇𝘂𝘀𝗰𝗮𝗿𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora