Capitulo 3. Nuevos comienzos, nuevas recaídas.

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Me desperté con la mayor cautela posible para evitar despertar a Lety, aunque siendo sincera, todas las veces que intentaba despertarla temprano eran un intento fallido.

Tomé algunas cosas, una toalla de baño, una camisa a cuadros que me encantaba hace tiempo, un pantalón ajustado negro y ropa interior, me fuí a bañar, con canciones como era mi costumbre y dándole un concierto al acondicionador.

¿Cómo sería salir con Evelyn? Siempre la quise invitar a un café o algo por el estilo, pero nunca sucedió, ahora era la oportunidad pero con otro contexto, uno que nunca me imaginé.

Termine de bañarme, me peine, me puse perfume, tomé las llaves del auto y me fuí hasta el café donde la había citado.

Llegué temprano así que la idea de comenzar con una tasa de café mi día no era tan mala, en todo mi tiempo en Tulancingo, nunca había pedido un café pero ahora no sobreviviría sin una tasa, supongo que hay cosas que cambian y otras cosas se quedan.

Lety se despertó y me mandó un mensaje, antes no lo hacía, mucho menos en las noches de besos apasionados.

así que ignoré el mensaje por el momento. Estaba demasiado nerviosa pensando en la reunión con Evelyn como para lidiar con los reclamos de Lety.

Mientras removía la "nada" en mi café, sentí cómo mi mente divagaba en recuerdos de la universidad. Evelyn siempre había sido una persona que me transmitía calma, pero hoy sentía una mezcla de emociones. No era solo una visita casual, era el comienzo de una nueva etapa.

Justo cuando estaba a punto de volver a revisar el teléfono, Evelyn apareció. Llevaba casi la misma ropa que yo, una camisa a cuadros, unos jeans negros y unos converse negros, como siempre, y una sonrisa amigable en el rostro. Me saludó y se sentó,después de unas cuantas frases de cortesía, ella fue al grano.

—Mira, Mariana —empezó, su tono directo pero cariñoso—, sé que esto no es fácil para ti, y quiero que sepas que puedes quedarte el tiempo que necesites, pero tengo que explicarte algunas cosas sobre cómo es vivir conmigo.

Asentí, escuchando con atención.

—Primero, la renta. Serían seis mil quinientos. Sé que es algo elevado, pero considerando la zona, los servicios y que estarías conmigo, creo que es razonable. Si necesitas más tiempo para acomodarte económicamente, podemos hablar de ello.

Seis mil quinientos no eran la gran cosa para mí, pensé.

—Otra cosa importante es que tengo cuatro perros grandes. Son mi vida, y no podría vivir sin ellos. Se llaman Luna, Rocco, Max y Bella. Son muy cariñosos, pero no son perros que estén ahí para que les hables bonito,  ocupan bastante espacio y, bueno, el pelo está por todas partes, no voy a mentir, pero la señora que me ayuda con el aseo lo tiene más controlado de lo habitual.

Solté una pequeña risa. Ya me imaginaba conviviendo con los cuatro gigantes peludos.

—También solo tenemos un baño funcional por ahora en la casa —añadió—. Así que tendríamos que coordinarnos en las mañanas para no estorbar. Lo bueno es que yo me despierto bastante temprano, así que casi nunca coincido con nadie.

-Vives sola- Dije después de soltar una risita, ella solo sonrió.

Estaba comenzando a visualizar cómo sería vivir con Evelyn. Tenía sus peculiaridades, pero no me parecía nada que no pudiera manejar. Me sentía agradecida por la oportunidad de estar en un espacio seguro mientras recomponía mi vida.

De pronto, el teléfono vibró de nuevo. Era otro mensaje de Lety, esta vez un mensaje de voz. Dudé un momento, pero lo abrí, Su voz sonaba molesta, casi herida.

Cicatrices del alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora