Dulce NO tan Dulce (borrador terminado) ✔️

4 AARON

No sé en qué momento perdí el control, creo que fue cuando la miré caminado hacía mi con ese vestido azul noche, sí, en ese momento me perdí completamente por mi ángel y la bese.

Eso nos trae a este momento, cuando le digo que ella es mi siguiente paso, cuando le confieso que no quiero ser uno más. Cuando le digo que quiero ser el último.

Pero también está la parte de mi pasado, el cual sigo arrastrado por no poder dejar atrás a mi papá.

Cuando la llamé más temprano estaba por salir de la propiedad de uno de los capos principales de Chicago. Mi padre salió de esa organización, nunca supe por qué lo dejaron quedarse en Los Ángeles cuando todos se mudaron a Chicago. Pero así fue y desde entonces no había necesidad de hacer tratos con ellos estando tan lejos, pero mi papá... —me llevó una mano a la cara mentalmente— mi papá tiene otro plan y me molesta que me incluyan a mí haciendo tratos y negocios en su nombre.

Samuel es un viejo amigo, aunque fue bueno verlo, ver el estrés en su cara por llevar esa vida me recordó que es una vida en la que me niego a vivir.

Mi padre no me necesita, tiene hombres que pueden seguir con su legado.

Y me digo que me encargaré de que así sea cuando estoy a punto de entrar al departamento de mi ángel.

De alguna manera parece entender que en este momento no puedo ser la persona que ella necesita o se merece que sea. Así que entramos, pero no dejo que el fuego se apague, no porque y no vaya a follarla esta noche, quiere decir que no puedo hacer que se corra en mis dedos.

¡Dios! Solo de imaginarlo estoy más duro que una roca. Me apodero de su boca y la levanto hasta que me rodea la cintura con sus piernas. Gimo en su boca cuando ella enreda sus dedos en mi cabello y rasca mi cráneo con sus uñas.

Maldita sea, puedo correrme ahora mismo.
Camino abriendo cada puerta hasta encontrar su habitación.

Me mira con los ojos entrecerrados por la lujuria y con la confusión en toda su cara.

—Creí que...

—sshht —la silencio con un beso intenso donde le robó el aliento tanto como ella me lo roba a mí. —déjame hacerte sentir bien. —sus ojos se abren con el entendimiento y sonrió antes de tumbarnos en su cama.

La beso como si mi vida dependiera de eso, en este momento siento que mi vida literalmente depende de sí, la beso o no.

Jadea en mi boca cuando pongo todo mi peso sobre el de ella, alcancé a ver que su habitación es un revoltijo de estilos, como si no supiera cuál parte de ella quiere exponer.

Mi ángel es un misterio y sé que me queda mucho camino por recorrer, pero hoy solo quiero hacer que se corra.

Maldita sea, no planee esto. Pero que intenten detenerme ahora que la tengo dispuesta debajo de mí.

Suelto sus labios para asegurarme de que esto realmente está pasando.

—ángel —digo su apodo en un murmullo bajo y ronco por el deseo.

No creo poder llamarla de otro modo. Estoy seguro de que su sabor solo puede clasificarse como al mismo cielo.

—Aarón... ¿Qué estamos haciendo? —mi ángel me mira con deseo, pero hay algo en su voz. Vulnerabilidad. Y quiero despejar todas sus dudas, ojalá pudiera.

—créeme cuando te digo que no lo sé, me gustas ángel. Mucho, pero hay...

—¿hay otra? —susurra la pregunta y su cuerpo se tensa debajo del mío. Ya no hay vulnerabilidad en su tono. Ahora hay dolor brillando en todo su hermoso rostro.