Bajo control

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 ⚠ El siguiente capítulo tiene material NSFW explícito, se recomienda discreción, llegado el momento se volverá a recordar por si desea pasar este contenido, el punto afecta ligeramente a la trama, gracias por su atención

Al día siguiente, Moonbyul llegó a la oficina con la firme determinación de hacer que todo el esfuerzo del día anterior valiera la pena. Había trabajado horas extra para asegurarse de que el reporte estuviera perfecto, sabiendo que Yongsun lo revisaría. Pero cuando llegó a su escritorio, algo no estaba bien.

Su informe, aquel que había escrito cuidadosamente, no estaba. En su lugar, sobre el escritorio, un pequeño pájaro de origami descansaba, doblado con precisión pero lleno de un mensaje sutil. Moonbyul sintió una mezcla de confusión y frustración mientras lo sostenía entre sus dedos.

— ¿Qué... es esto? — murmuró, desconcertada, mirando el pájaro. Observó a su alrededor buscando alguna pista, pero todos en la oficina parecían inmersos en sus tareas. Nadie mostró señales de ser el responsable de aquello.

Excepto Hyejin.

Desde su escritorio, Hyejin levantó la vista y fijó sus ojos en Moonbyul. Su mirada era tranquila, pero había algo inquietante en la forma en que sus labios se curvaban en una sonrisa apenas perceptible. Era como si supiera algo que Moonbyul no.

Moonbyul apretó los dientes. ¿Era esto un juego de Hyejin? ¿Una de sus formas de hacerle saber que la competencia entre ellas aún no había terminado? El pájaro de origami era una obra de arte, una delicada pieza que, en cualquier otro contexto, habría sido un detalle bonito. Pero en este caso, sentía que era una provocación.

La frustración la invadió. Yongsun esperaba resultados, y en lugar de tener su informe listo, ahora tenía un pedazo de papel doblado. Sabía que Yongsun no tomaría a la ligera que su trabajo se hubiera transformado en un juguete de oficina.

Por desgracia, su ordenador seguía sin funcionar. El cruel sentido del humor del universo estaba trabajando en su contra. Se sentó en su escritorio, rodeada por el zumbido persistente de las pantallas y el repiqueteo de los teclados, un marcado contraste con la caja gris sin vida frente a ella. Tamborileó los dedos sobre la mesa, su mente llena de posibilidades.

Los pliegues eran tan precisos, tan deliberados, que estaba claro que no se trataba de una simple distracción. Era un acertijo, simple pero ingenioso, del tipo que podía llevarla a su informe o dejarla más perdida que antes.

Se levantó de golpe, y se acercó al escritorio de Hyejin con el pájaro en la mano. Hyejin levantó la vista de su trabajo, su sonrisa seguía intacta, y sus ojos se encontraron con los de Moonbyul.

— No tengo tiempo para juegos — dijo Moonbyul, colocando el origami en el borde del escritorio de Hyejin con los dientes apretados.

La mirada de Hyejin permaneció tranquila mientras tomaba el pájaro y lo desplegaba lentamente. Después de un momento, levantó la vista y habló, su voz suave y ronroneante:

— Parece que te estás perdiendo algo importante, Moonbyul.

La habitación se quedó en silencio, el único sonido era el tictac del reloj en la pared, que parecía más fuerte con cada segundo que pasaba. Moonbyul sintió un peso en el pecho, una mezcla de ira y miedo de que Hyejin pudiera haber saboteado su trabajo.

— ¿Qué has hecho con él? — preguntó, intentando mantener su voz firme.

La sonrisa de Hyejin se amplió un poco más, pero no respondió directamente. Moonbyul apretó el origami hasta que sus nudillos se pusieron blancos. La tensión en la sala se hizo más densa. ¿Era realmente capaz de dar un golpe tan bajo? Llena de impotencia, arrojó el pájaro de papel sobre el escritorio de Hyejin, observando cómo caía al suelo como un pájaro derrotado. Pero Hyejin no se inmutó, sus ojos todavía tenían esa sonrisa exasperante.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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