Cap. 32

1K 137 29
                                        

POV FREEN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


POV FREEN

Tiene los ojos muy abiertos y no pestañea mientras me mira; sé exactamente lo que va a elegir. A ojos de sus padres, será la novia más feliz del mundo. Hará la mejor actuación de su vida.

El enfado y algo más —algo que no me interesa examinar en detalle — se me revuelve en el estómago solo de pensarlo. Lógicamente entiendo que dude. Sé lo que soy, lo que le he hecho. A una mujer inteligente le faltaría tiempo para huir y Becky siempre ha sido más astuta y perspicaz que la mayoría.

Ella también es joven. A veces se me olvida. En el mundo acomodado de la clase media, pocas mujeres se casan a su edad. Puede que no pensara aún en el matrimonio, de hecho, es probable, dado que estaba en el instituto cuando la conocí. Desde un punto de vista racional lo entiendo, pero la racionalidad no tiene nada que ver con los sentimientos salvajes que tengo a flor de piel. Quiero atarla, azotarla y luego reclamarla mía hasta que se quede en carne viva y pida misericordia, hasta que admita que es mía, que no puede vivir sin mí.

Pero no hago nada de eso. Al contrario, sonrío fríamente y espero a que decida.

Inclina la cabeza para asentir levemente.

—Está bien. —Apenas se escucha su voz—. Lo haré. Les contaré todo sobre nuestra aventura de amor.

Oculto mi satisfacción.

—Como quieras, preciosa. Haré que Seng establezca una conexión segura.

Y la dejo allí de pie, camino hacia Seng para hablar sobre la logística de lo que había que hacer.
Le pido al padre Díaz que nos dé una hora antes de empezar la ceremonia y luego me siento en uno de los bancos, para así dar a Becky algo de intimidad para hablar con sus padres. Por supuesto, estoy controlando la conversación a través de un pequeño dispositivo bluetooth que llevo en la oreja, pero no hace falta que ella lo sepa.

Apoyándome contra la pared, me pongo cómoda y me preparo para divertirme.

Su madre coge el teléfono al primer tono.

—Hola mamá... soy yo. —La voz de Becky suena alegre y optimista, casi rebosante de entusiasmo.

Reprimo una sonrisa; esto se le va a dar mejor de lo que pensaba.

—¡Becky, cariño! — La señora Armstrong habla llena de alivio—. Me alegra tanto que hayas llamado. He intentado llamarte cinco veces hoy, pero me saltaba el buzón de voz todo el rato. He estado a punto de ir allí en persona... ah, espera, ¿desde qué número me estás llamando?

—Mamá, no te asustes, pero no estoy en casa, ¿vale? —El tono que utiliza Becky es tranquilizador, pero me estremezco por dentro. No sé mucho acerca de padres normales, pero estoy segura de que diciendo «no te asustes» consigue justamente que se asusten.

—¿Qué quieres decir? —La voz de su madre aumenta de inmediato—. ¿Dónde estás?

Becky carraspea.

Rosas y cenizas [freenbecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora