Para mí amada amiga:
Desde el fondo de mi corazón, mi herido corazón, quisiera poder estar contigo. De haberte conocido antes tal vez no estaríamos en una situación tan melancólica. La distancia no importa, me has dicho, tienes razón, es el tiempo, mi amiga, lo que mata nuestra hermosa ilusión. Pero, a mí manera de verlo, para el amor no hay tiempo. Eres la mujer perfecta, casi perfecta, Dios me ha dado la oportunidad de conocerte, y solo Dios sabe si lo nuestro será más que una fantasía. Porque, mi encantadora amiga, solo él tiene potestad sobre nosotros.
Juntos diseñamos nuestra casa de ensueño, realmente lo adoré, planeamos cada detalle, compartimos nuestras aspiraciones, pero necesitamos más que ello. Quien más, si no tú, estaría dispuesta a diseñar una casa en medio de nuestros entrañables delirios. Planeamos un viaje perfecto que nunca podra ser, pero que me encantaría recorrer contigo.
Aunque tus sueños me revelaste, al igual que yo los míos, lo hermosos que son no podrían ocultar el ineludible obstáculo que parte mi iluso corazón. Mientras tú te enlistas en la marina para remontar los cielos, yo tomo una pluma para hacerlo. Laminas de metal contra mis hojas de papel, la ironía de nuestro inexistente amor. No es porque no me gustes, la razón se debe por que no es mutuo. Tu futuro te preocupa, algo que me gusta de ti, pero es esa misma preocupación, la que te hace alejar de mi.
Considero, si estás dispuesta, a esperarte, sin importar el tiempo. Aunque sea, para ver si la sonrisa en tu rostro es tan cálida como las palabras que me dedicas. Si mis torpes palabras y mi esporádico tartamudeo te haces saltar el corazón. Esperaré, si estás dispuesta a corresponder me. Ojalá poder estar junto a ti. Eres la única que me ha echo sentir esto, y creo que eso lo hace especial para mí.
Además, dudo encontrar a una mujer tan perfecta como tú, mi aún amiga. Pero, se que podrás encontrar a alguien mejor que yo, a alguien con más confianza en sus palabras. Porque las mías, solo te las puedo escribir sin tener el valor para mostrarte las. Pobre de mí sí algún día las ves, porque mi corazón de pollo, no aguantará la vergüenza.
En definitiva, esperaré, solo Dios sabrá si somos para el otro, hasta confirmar lo contrario, lucharé y esperaré.
Atentamente: Tu amigo.