Sakura Itadori | Jujutsu Kaisen.

Capitulo 11: Escultura de vale todo.

—¡Muy bien! ¡Antes de que comencemos a entrenar, debo ser bueno y contarte sobre las estupideces de todos los hechiceros! —La voz de Yuki retumbó.

El paisaje es agradable.

Los pequeños sonidos del río eran bastante tranquilizadores, había algunos pájaros cantando sus canciones y el sol no era tan cálido como lo sería normalmente.

Después de su acuerdo de entrenar con la rubia y de aceptar ir a verla todos los días después de clases, Sakura tenía unas palabras que decir.

Ella había mencionado lo malo que sería si alguien los viera ir a la parte en ruinas de la ciudad todos los días y si alguien los viera con la niña, seguramente surgirían problemas.

Así que su campo de entrenamiento cambió… Por el momento.

Yuki había colocado el lado del río (donde conoció a Todou) como su lugar de encuentro por el momento.

Tenían mucho de qué hablar, así que por el momento no necesitaban un gran lugar para pelear o trabajar.

Fue perfecto, los dos niños habían caminado juntos después de la escuela, era un buen lugar donde ambos podían caminar a casa sin ningún problema.

No había muchos coches alrededor, estaba tranquilo y privado.

Aún así, estaba poblado, había algunas tiendas alrededor y de vez en cuando se veía gente paseando a sus perros por el río.

Estuvo bien, Sakura se sintió bien.

De esta manera no parecía como si se estuviera escondiendo a espaldas de su abuelo.

Para ella, mentir siempre fue un tema delicado y le dejaba un sabor amargo.

Pero ese escenario era lo suficientemente bueno para que ella no se apoyara en él, realmente parecían estar teniendo una sesión de estudio.

Todou estaba con las piernas cruzadas, había estado todo el día hablando sin parar sobre su entrenamiento.

Contando cosas que ambos han vivido (pero Sakura nunca lo detendría, a ella le encanta escuchar su punto de vista).

Se había puesto sus mejores pantalones deportivos, sí, eran con temática de Mario Kart.

Sakura, por otro lado, estaba sentada normalmente con su mochila en sus piernas.

Hacía un poco de frío así que hoy se compró un suéter.

Su mentora rubia se colocó nuevamente frente a ellos, sentada como un gángster y con los brazos cruzados.

Honestamente, la locura absoluta de conocerla tuvo que ser confirmada por el cerebro de la pelirrosa justo cuando se reencontraron.

Sakura estaba segura de que todo era una alucinación hasta que la vieron saludar a kilómetros de distancia.

Cabello rubio salvaje moviéndose como una bandera.

Para ser totalmente honesto, Sakura aún no estaba completamente involucrada en el entrenamiento, todavía tenía dudas.

No podía culparse por no confiar en una chica al azar que no parecía mucho mayor que ellas, tal vez solo unos pocos años con esa loca fachada de naturaleza servicial.

La más pequeña sabía que estaba juzgando, pero al fin y al cabo prefería juzgar antes que confiar ciegamente.

Sólo Dios sabe cuánto ha tenido que pasar por hacer eso en el pasado.

—¿Es aburrido? —La voz de Todou la saca de su hilo de pensamientos.

Sus ojos se dirigen a la mayor, que hace una mueca y baja los hombros. Debe admitir que, además de Todou, es la persona más animada que ha conocido.