Un silencio ensordecedor baila en este instante, muchos sentimientos se apoderan de mi mente.
-Se ha ido -dije mirando al suelo.
-Anabelle, te lo dije! , él no te quería.
-Lo sé Marce, pero igual le quería mucho.
-Vale, pero sé que se te pasará , además estamos a una semana de entrar a clases, de seguro habrá chicos nuevos este año.Salimos del café y nos dirigimos hasta las motos que se encuentran a una orilla de la carretera; la mía es de color negro, una Harley-Davidson Street 750 y la de Marce también solo que la de ella es azul, las compramos en el mismo lugar en navidad.
Llevábamos tres años ahorrando.-Marce, vamos esta noche al Nova Club, dicen que venden unas margaritas que están pasadas de deliciosas.
-Mmm, me encantaría Belle, pero prometí ayudarle a mi madre a preparar una receta que vio en la Tv.Nos despedimos y cada quien toma una ruta diferente, el camino se me hace eterno, aún recuerdo a Max, no sé silo amaba, pero sí lo quería y mucho, igual me dejo y ni siquiera dijo por qué; él tenía una forma de pensar muy peculiar, siempre haciendo chistes y contando historias; nos conocimos, en invierno, en un juego de bolos, y luego salimos un par de veces, pero ya nada de eso importa, él se ha ido.
Llego a mi apartamento, abro la puerta y pongo las llaves sobre la mesa, todo está oscuro, solo se refleja un poco el atardecer en la ventana; abro el refrigerador, tengo algo de hambre, tomo una manzana, la lavo y me siento en el sillón a ver algo de tv; están dando noticias.
Mi día no empezó en lo absoluto nada bien, solo espero que los próximos sean mejores o por lo menos llevaderos.
Al acostarme, leo un poco mi libro favorito, El Gran Gatsby, y entre la noche y las letras me quedo dormida.
Han pasado unos días y quede en ir con Marce al centro comercial a comprar algunas cosas para el inicio de clases. Empezaré mi segundo año de carrera, y necesito algunos útiles.
-¡Marce! Esos zapatos están lindísimos, pero en serio, ¿quieres subir en tacones las escaleras infinitas del edificio de laboratorios? -digo sarcásticamente, ella está definitivamente loca, no le importa lo que piensen los demás de ella, de cierto modo, la admiro; es delgada con un cabello marrón muy liso, pero siempre lo lleva sujeto con una cola alta.
-Mira, Anabelle, no los voy a usar para ir a los laboratorios, cómo se te ocurre, es solo que me han gustado, y tú ¿ya compraste algo?
-Sí, ya tengo unos cuadernos y unos bolígrafos - me río tan solo ver la cara de que me pone Marce.
-Ajá y ¿vas a ir descalza? -Arruga su nariz y hace esa tonta mueca que tanto me molesta pero igual me da risa.
-Ya tengo zapatos Marce, ¡que dramática! -Me gustan los tacones, sin embargo, los prefiero si tuviera un automóvil y no una Harley de transporte.Me despido de Marcela y me voy de la tienda, no estoy de humor para andar de compras; el centro comercial está algo vació, huele a caramelo y palomitas, los niños al parecer, mientras corren, botan por el piso todos sus confites. En la cartelera de cine, están anunciando una peli que se ve interesante, me quedo observando las pequeñas letras que aparecen en la parte inferior.
-Se te han caído las llaves guapa -dice una voz masculina en mi oído, que me provoca un escalofrió por el cuerpo.
- Gracias -digo mientras me entrega las llaves.El contacto de nuestras manos es cálido, creo que en cuestión de segundos observo como tonta el llavero que acaba de poner en mis manos.
-Eres muy despistada, se te han caído desde hace rato y he venido atrás tuyo y no te has dado cuenta- dice con una sonrisa presumida, que no me agrada para nada. Al parecer es de estos chicos que se creen ser el centro del universo.
-Eh, pues gracias de todos modos- sonrío falsamente y sigo caminando.En mi andar observo distraída algunos ventanales, pero siento que alguien camina a mi lado; se está riendo.
-No me has dicho tu nombre guapa -dice el tipo que me está sacando de quicio, y para colmarme aún la paciencia, sigue con su sonrisa retorcida.
-Primero, no te conozco y segundo no le digo mi nombre a desconocidos -sigo caminando sin mirarlo.
-Si me dices tu nombre entonces ya no seremos desconocidos, soy Aaron- dice poniéndose en frente, impidiéndome el paso, extiende una amplia sonrisa y noto unos ojos grises que brillan. Por un momento quedo inmóvil y me pierdo en ese cielo gris. Pero reacciono enseguida, recuperando la compostura. Me fastidia que me impidan el paso.-Soy Anabelle, ¿contento? Chao.
Me alejo de allí aún consternada por ese momento tan extraño por el que acabo de pasar.Acelero el paso, y cuando estoy a unos cuantos metros de distancia, me atrevo a mirar sobre mi hombro. Ya no me sigue. Creo que siento algo de decepción y alivio al mismo tiempo. Esto es extraño.
Subo a mi moto y me voy directo a mi departamento.Mi celular está sonando, pero ya estoy recostada y casi dormida, me doy la vuelta en mi cama y el celular deja de sonar, al minuto el ruido vuelve a pitar en mis oídos.
-¡Ahhh!- refunfuño mientras tomo el celular.
-Aló- al otro lado contesta la voz chillona de Marcela.
-Belle, ¿estás lista?
-¿Lista para qué Marce? ¿Estás loca?
-Belle, mañana empezamos las clases -dice algo decepcionada.
-Cierto, ya se me había olvidado -Mi sarcasmo, como siempre haciendo acto de presencia cuando se trata de Marcela.
-Llega temprano, no quiero estar sola en cuanto llegue al pabellón. Nos vemos -cuelga y creo que se ha enojado un poco más de lo común.Ya sola en mi habitación, me permito descansar, analizando los detalles del día y observo unos ojos grises, como el cielo, cuando se acerca una tormenta, de esas que arrebatan todo a su paso.
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Mi Antagónico
Teen FictionAnabelle es una chica que nunca se ha tenido que preocupar por sus relaciones, hasta que se siente atraía de un chico encantador, al principio no logra aceptarlo pero con el tiempo lo conoce y logra ver que detrás de esa sonrisa encantadora existe...