¿Te sigo explicando física?

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Lunes, los días más detestados por cualquier alumno promedio de dieciséis años. Claro, bien se sabe que es por nuestro futuro todo el sacrificio que hacemos a la hora de estudiar, pero la verdad es que es muy, pero muuuuy molesto.

Afortunadamente, Wonwoo contaba con el apoyo de su intelectual novio Kim Mingyu, el cual era un alumno de veinte puntos, salía en el cuadro de honor y de paso era todo un genio matemático. El colegio de estos dos chicos daba tutorías los lunes por la tarde, ¿en qué se basaban estas tutorías?, simple, ciertos alumnos de buen promedio son seleccionados para aclarar dudas sobre ejercicios de matemática o física en las tardes. Había una ventaja para los que eran tutores, pues que gracias a sus servicios serían exonerados de los exámenes finales de ambas materias, o sea, matemática y física.

Wonwoo y Mingyu tenían examen de física el jueves, por lo tanto el pelinegro tenía que quedarse en la tarde a aclarar dudas sobre aquel ejercicio. Eran aproximadamente las dos de la tarde, el timbre sonó y Wonwoo se estaba despidiendo de su mejor amiga Yeji.

—¿Te quedas hoy? —preguntó Yeji—.

—Sí... No entiendo el tema que está dando el profesor, honestamente se me hace más difícil que el anterior...

—¡Wonwoo, por Dios!, este tema es el más fácil de todos, tanto así que creo que eres el único que se va a quedar hoy a tutorías...

—¿Qué?

—Ujum.

El teléfono de Yeji comenzó a sonar, su mamá la estaba llamando.

—Ya me vinieron a buscar, bye bye.

Yeji se fue y Wonwoo quedó parado en todo el medio del patio. Wonwoo cerró los ojos y se quedó un tiempo parado intentado relajarse, quería botar todo el estrés de la mañana antes de ponerse a estudiar números, sino sería un desastre.

—¡Sube! —gritó Mingyu desde el tercer piso—.

Mingyu observaba por el barandal del pasillo a su novio, el cual alzó la cabeza y se lo quedó viendo con rabia por haber interrumpido su hora de relajación.

—¿Qué?, no me mires así, mejor sube. —dijo yéndose al salón—.

Wonwoo jadeó, no le quedó de otra que subir al tercer piso y entrar al salón de clases para que su novio le explicara los ejercicios de física. Al entrar, se percató de que no había nadie.

—Ummm... ¿y la gente? —dijo dejando caer su bolso a un costado del pupitre—.

—Puesss, nadie se quedó, solo estamos tú y yo. —dijo sacando los marcadores de una bolsita plástica—.

—Yeji no mentía... —dijo caminando hacia la pizarra quedando al lado del moreno—.

—Entonces... dime, ¿qué dudas tienes?

—No entiendo cómo calcular la velocidad final en caída libre... Es que-

—¿En serio te quedaste por eso?

—Pues... sí.

—Bueno... será. —dijo destapando el marcador—.

Mingyu estaba a punto de copiar un ejercicio en la pizarra, pero repentinamente se fue la luz.

—Mierda. —balbuceó Mingyu—.

El salón no quedó completamente oscuro, al contrario, habían ventanas por ambos lados, solo que el lado de la puerta tenía las ventanas literalmente pegadas al techo y el lado derecho tenía las ventanas un poco más abajo, de manera de que los alumnos se podían asomar de puntillas a ver al exterior.

Minwon - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora