4. Amar vivir Libre

160 19 0
                                    

El sol me daba justo en la cara y era completamente molesto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol me daba justo en la cara y era completamente molesto. Me di la vueltas intentando dar justo del lado de la oscuridad de la habitación pero, para mi muy mala suerte, toda esta estaba siendo iluminada por los potentes rayos del Sol.

Abro los ojos lenta y pesadamente, obligada a tener que desvelarme. Me quede unos minutos mirando al techo hasta Eu decidí levantarme e ir al baño. Enjuague mi boca antes de lavar mis dientes y luego hice mis necesidades. Al salir, noté que hacía mucho calor; entonces intenté domar todo mi cabello y hacer un moño, pero fue un fracaso.

Tenía mucha cantidad y era muy pesado. Agradecía no tener rizos, creo que sería una tortura para mi. Detesto tener tanto cabello, pero no quiero deshacerme de él. Al menos no aún.

Suspirando, me hice una cola alta y salí del baño. Cuando lo hacía, mi mejor amiga se estaba levantando de su cama. Al mirarme sonrió.

—Buenos días — saludó.

—Buen día, amiga — pase por su lado y salí de la habitación al mismo tiempo que ella se levantaba para dirigirse al baño.

Baje las escaleras rumbo a la cocina en busca de mi abuela, pero entonces recordé que hoy estaría todo el día fuera debido a que iba a buscar algunos pedidos a la terminal y luego se tomaría gran parte de la tarde para dejarlos en el local y también iría a visitar a sus amigas.

Sonreí al pensarlo. Ella aquí es muy feliz, y espero que yo también pueda serlo. Cada vez que me pongo a pensar en todas las cosas buenas y que nunca hice que podré hacer ahora, quiero chillar de la felicidad.

Con mucha alegría me acerco a la cocina y pongo a hacer unos café helado junto con tostadas para Julia y para mi. Si bien no es hora de desayunar, tampoco es hora de almorzar aún.

Son las doce, mi abuela dice que se almuerza a la una y media, por lo tanto tenemos tiempo de desayunar, dejar que baje la comida y luego cocinarnos para aquella hora.

Busqué hielo en la nevera y lo encontré rápido. Agarre dos tazas, el café y azúcar. Justo cuando estaba preparando Julia apareció y dijo que ella haría el suyo. Yo no le negué, tomé las tostadas frías y puse queso crema en las mías y mermelada de frutilla en las suyas ya que a Julia no le gustaba el queso crema y a mi no me gustaba la mermelada de frutilla.

Una vez todo listo, nos sentamos en la mesa una en frente de la otra y nos miramos. Dimos el primer sorbo y fue ella quien me ganó de mano para comenzar a hablar de la noche anterior.

—Tienes que hablarle. Ahora. — ordena, yo niego.

—No lo haré. ¿Me escuchaste cuando te dije su apellido? — niega.

—No. Estaba muy distraída pensando en mi lindo hombre de cabello rubio y mirada coqueta.

—¿Mirada coqueta? — rodé los ojos —¿Como siquiera te das cuenta de eso? A parte, si nos ponemos a pensar, él tiene cara de trabajar para Alessandro Vasiliev.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Peligroso amor |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora