Cadáver Andante

Promesa

Que lo disfruten...

Todo sobre estos ninjas sonoros rezumaba confianza. El ninja frente a Hinata también rezumaba sucieza. Ella observó cuidadosamente a cada uno antes de que atacaran y ninguno proyectó ninguna incomodidad, a pesar del hecho de que uno estaría luchando contra un Anbu.

El hombre con el que estaba luchando se mantuvo a distancia, lo que puso a Hinata en desventaja. Ella no podía cerrar los agujeros de los chakras si no podía tocarlo.

"Obviamente no sabes con quién estás tratando", dijo el ninja del sonido. Una sonrisa se extendió por su rostro y su único ojo visible la estaba mirando atentamente. Hinata no respondió y él continuó. "Somos dos de los Cuatro de Sonido. Guardias de la puerta norte y oeste".

Con el Byakugan, Hinata podía ver a Sasuke detrás de ella, con los ojos muy abiertos detrás de su máscara mientras su cabeza volaba para mirar a su oponente.

Eso no fue alentador, decidió Hinata.

"Hinata", dijo Sasuke, esquivando varias agujas de lanzamiento. "Volver a la torre. Haz que el Hokage envíe a cualquier Anbu que no esté en la batalla".

Hinata frunció el ceño. Ella se sentía extremadamente incómoda con la perspectiva de dejarlo solo con esos dos. "Uchiha-san..."

Ambos ninjas de sonido están quietos. El ninja frente a ella de repente tenía un destello maníaco en su ojo visible.

"¿Uchiha-san?" dijo, una sonrisa en sus labios.

Sasuke se tensó.

El ninja con las agujas senbon se rió mientras un solo ojo ahora ignoraba a Hinata, acercándose al Anbu. "Esperaba encontrarme contigo aquí, Uchiha Sasuke. Ahora que no eres la mascota de Orochimaru-sama, finalmente puedo pagarte por esto", dijo, puñalando su dedo en su ojo cubierto.

El sol había comenzado a salir mientras el ninja del sonido había estado hablando, y ahora la luz del sol fluía a través de las ramas de los árboles que los rodeaban, dejando pequeños parches de luz a lo largo del suelo del bosque. Mientras los shinobi de sonido se iluminaban, Sasuke se preguntó cómo no había reconocido a los dos antes. Sus ojos parpadearon hacia el ninja que Hinata había matado. Era el guardia de la puerta sur, Sasuke se dio cuenta ahora de que podía ver su cara. Fue una suerte que fuera el primero en atacar. Era el más débil de los cuatro, y definitivamente no el más brillante.

Sasuke volvió su atención a sus dos enemigos, preguntándose vagamente dónde estaba el guardia de la puerta este, y esperando que no tuviera que luchar contra ese miembro en particular de los Cuatro.

A través de su entrenamiento con Neji-niisan, Hinata había aprendido muchas cosas, incluyendo cómo leer el lenguaje corporal. La tensa postura de Sasuke habló mucho. Su confianza normal había desaparecido.

Un ojo sacó un kunai y de repente, para sorpresa de Hinata, desapareció de la vista. Su cabeza azotó de lado a lado en busca de su chakra, pero no se veía por ningún lado.

Sasuke envainó su espada y sacó un kunai. La repentina desaparición de su oponente no pareció sorprenderle y cerró los ojos. Hinata observó con asombro mientras levantaba su kunai y bloqueaba nada.

Sin embargo, la postura de Anbu y la forma en que sus brazos temblaban le dijeron a Hinata que, aunque Sasuke parecía estar bloqueando el aire, en realidad había algo allí.

Este ninja estaba enmascarando su chakra de Byakugan.

Sasuke bloqueó varios inyecciones invisibles más, y Hinata observó sombríamente cómo una profunda hustie apareció de repente a lo largo de la parte superior de su brazo.