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"Oh maldito infierno..."
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7 de febrero de 1920
Asilo Psiquiatrico del Condado de Stone
Los ojos marrones de Addison Brandon recorrieron la sala de recreación escuchando las diferentes charlas de los otros locos babeantes, a menudo se preguntaba si los otros pacientes eran como ella y su hermana gemela, alguna vez perfectamente cuerda y luego enloquecida por los tratamientos y el frío de la ducha.
—Ah, Addison Marie era justo la persona que estaba buscando.
El agarre de Alice sobre la mano de su hermana se hizo más fuerte cuando el Dr. Arden entró en la sala de recreación, el Dr. Emerson entró corriendo detrás de él, con el ceño fruncido por la preocupación.
—Es hora de tu tratamiento de hoy...
Las sienes recién cicatrizadas de Addison palpitaban de dolor mientras miraba al médico con sorpresa y confusión —Pero ¿Ya hice mi tratamiento de electroshock para hoy?
El Dr. Emerson estaba mordiéndose las uñas por estrés detrás de él, el cruel doctor no ayudaba a ninguno de los nervios de las gemelas Brandon.
—Ah, por supuesto, pero como mencioné cuando fuiste admitida por primera vez, el electroshock podría no ser el tratamiento adecuado para ti. Mary Alice, sin enmbargo, ha mostrado cambios magníficos desde diciembre, tú, sin embargo, no, así que por favor sigueme.
Addison no sabía exactamente qué estaba planeando el Dr. Arden, pero por la sonrisa malvada en su rostro supo que no era nada bueno. Y cuando ella ni siquiera intentó moverse, su sonrisa malvada desapareció —Sígueme o me veré obligado a traer a los guardias, y créeme, eso es algo que no quieres.
Addison nunca fue alguien que se sometiera a amenazas con mucha facilidad, pero nunca quiso volver a sentir a los guardias Viscosos tocando cada parte de su cuerpo o la sensación de sus labios agrietados en su cuello o en cualquier otro lugar.
—Sissy— Alice jadeó cuando Addison quitó la mano de la de su hermana, tranquilizando a la gemela menor besando suavemente su frente.
—Volveré lo prometo.
— Muy buena elección, Señorita Addison Marie.
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—Señorita Brandon, ¿Por casualidad está amiliarizada con la hidroterapia?
Las cejas de Addison se fruncieron mientras entraba a una habitación con dos bañeras con tapas de metal oxidado, ambas llenas hasta el borde con agua.
—¿No? Bueno, la hidroterapia alerta partes del cerebro y calma a los pacientes hiperactivos como usted, Señorita Brandon. Está enferma obviamente y puedo ayudarla, pero necesito que se meta en la bañera.
Addison sacudió frenéticamente la cabeza con ojos salvajes estremeciéndose mientras retrocedía contra la pared de piedra agrietada.
—No, tú eres la que está enferma.
El Dr. Henry Emerson se mordió el labio inferior mirando al adolescente claramente asustado y luego al doctor molesto —Doctor con todo respeto tal vez no deberíamos presionarla quiero decir, ella obviamente está molesta. ¿Y si ataca?
El Dr. Arden se quitó violentamente las gafas antes de pellizcarse el puente de la nariz con molestia.
—Dr. Emerson a Addison Marie le han diagnosticado histeria clara, la hidroterapia es el tratamiento recomendado para calmarla cuando tiene ataques como este, así que Doctor, ¿La ayudará a entrar en la bañera o tendré que traer los guardias?
El Dr. Henry Emerson nunca se había sentido tan conflictuado en su vida pero sabía que Addison no querría que los guardias se acercaran a ella después de todo lo sucedido así que con un profundo suspiro caminó hacia la asustada chica.. —Lo siento mucho.
Addison Marie sabía que el amable médico vampiro no estaba tratando de hacerle daño, así que mientras la guiaba suavemente hacia la bañera humeante, ella trató de mantener la calma y no causar ningún problema, imaginándose en casa con su amorosa madre y sus hermanas inocentes horneando deliciosas galletas y pasteles.
Pero en el mismo momento en que el agua chisporroteante tocó su piel fría, no pudo evitar patear y retorcerse
—¡NO! ¡NO! Está demasiado caliente.
No pudo contener los gritos cuando el Dr. Arden rápidamente cerró de golpe las cubiertas metálicas que la atrapaban en la bañera en llamas, hirviendo su carne como si fuera una papa.
—¡No, por favor. Quema!
El Dr. Emerson no pudo soportar ver a la adolescente de dieciocho años en tanta agonía y despus de otro momento de ella gritando y pateando, cayó de rodillas tratando de abrir las cubiertas metálicas.
—No te atrevas.
El Dr. Emerson nunca había tenido tantas ganas de matar a alguien cuando el Dr. Arden lo empujó lejos de la bañera, rápidamente se puso de pie con un gruñido bajo prácticamente arrojando al otro doctor contra las paredes desconchadas.
—Tócame así otra vez y te juro que será lo último que hagas.
Las palabras de Emerson estaban llenas de puro veneno pero Arden mantuvo la compostura.
—Este es el tratamiento que le recetó el doctor, y si no te gusta entonces puedes irte. Es posible que hayas detenido los tratamientos de Mary Alice, pero esta chica está bajo mi cuidado y la trataré, sin embargo, lo considero adecuado y no hay nada que puedas hacer al respecto.
Las rodillas de Addison rasparon duramente contra el metal, magullando y cortando, pero después de unos minutos más no pudo reunir más energía, cayó inerte y cayó una vez más en la bañera.
—Treinta minutos— ordenó el Dr. Arden peinándose el cabello desordenado antes de salir pisando fuerte de la habitación como un niño patético.
—N-no te preocupes por mí, solo por favor cuida a A-Ali— La garganta de Addison se sentía seca conmo si estuviera tragando arena mientras su visión comenzaba a nublarse por la falta de sangre en su cerebro.
Sus ojos marrones finalmente se cerraron, todo se volvió negro, dejando al Dr. Emerson solo y preocupado por la mayor de las gemelas Brandon.
