"Bajo el Reino de los Susurros"

**Capitulo:7 El Choque de Destinos**

   Mientras Bowser se preparaba para su plan, Mario se acercaba, cada vez más decidido a proteger a la salvadora que había desatado la luz en el corazón del bosque. Ambos personajes estaban destinados a chocar, uno buscando poder y el otro buscando protección. Pero el destino a menudo tiene giros inesperados, y la batalla entre la luz y la oscuridad apenas comenzaba.El aire estaba impregnado de tensión mientras Mario avanzaba, sintiendo la energía oscura que emanaba del castillo de Bowser. Los árboles, antes vibrantes, parecían marchitarse a su alrededor, como si la propia naturaleza estuviera en peligro. La imagen de la salvadora, con su luz radiante y su sonrisa inquebrantable, lo motivaba a seguir adelante.

Mientras tanto, en el castillo, Bowser afilaba su astucia y su ambición. "Esta vez, Mario, no me detendrás," murmuró para sí mismo, observando un orbe oscuro que flotaba frente a él. "Con este poder, no solo dominaré el reino, sino que también tendré a la salvadora a mis pies." La malicia brillaba en sus ojos, y una risa escalofriante resonó en las paredes del castillo.Al llegar a las puertas del castillo, Mario se detuvo por un momento. "Debo hacerlo por ella," pensó, recordando el brillo de esperanza que la salvadora había traído al bosque. Su corazón latía con fuerza, y la determinación iluminaba su camino.

Empujó las puertas, y una ola de oscuridad lo envolvió. Dentro, el ambiente era frío y opresivo, pero Mario no se dejó intimidar. "¡Bowser!" gritó, su voz resonando en el vasto salón. "¡Sal y enfréntame!"Bowser apareció desde las sombras, una sonrisa burlona en su rostro. "Mario, siempre tan heroico. Pero esta vez, tu valentía no será suficiente. Este lugar ahora me pertenece."Con un movimiento de su mano, el orbe oscuro brilló intensamente, desatando una tormenta de energía que envolvió el salón. Mario, esquivando con agilidad, sintió cómo la oscuridad intentaba consumirlo. "No permitiré que lastimes a nadie," declaró, decidido.

La batalla comenzó. Bowser atacó con ferocidad, lanzando fuego y energía oscura, mientras Mario respondía con saltos acrobáticos y su famosa habilidad para lanzar caparazones. Cada golpe que intercambiaban resonaba como un eco de sus respectivas determinaciones: uno buscando el dominio y el otro, la protección.A medida que la lucha se intensificaba, la salvadora observaba desde su lugar en el bosque, sintiendo la conexión entre ella y Mario. "Debo ayudarlo," pensó, cerrando los ojos y dejando que su luz se expandiera. Con un destello, una chispa de esperanza surgió en medio de la oscuridad.

De repente, la energía de la salvadora se unió a la de Mario, infundiéndolo con una nueva fuerza. "¡Mario!" su voz resonó en su mente, llenándolo de valor. "¡Lucha con el poder de la luz!"Sintiéndose revitalizado, Mario lanzó un poderoso salto, cargando su puño con la luz de la salvadora. "¡Por ti, nunca me rendiré!" gritó mientras caía hacia Bowser, un destello brillante precediéndolo.Bowser, sorprendido por la repentina explosión de luz, intentó contraatacar, pero era demasiado tarde. Mario impactó con toda su fuerza, y el orbe oscuro estalló en una lluvia de energía que iluminó el castillo. La oscuridad comenzó a desvanecerse, y Bowser retrocedió, su expresión de sorpresa transformándose en furia."¡Esto no ha terminado, Mario!" gritó, mientras se retiraba hacia las sombras. "Volveré más fuerte!"

Con la batalla ganada, Mario se dejó caer de rodillas, respirando pesadamente. La luz de la salvadora lo envolvía, y la conexión entre ellos brillaba más que nunca. "Lo logramos," murmuró, sintiendo que su corazón se llenaba de esperanza.En el bosque, la salvadora sonrió, sintiendo que su luz había hecho la diferencia. "Siempre estaré contigo, Mario. Juntos, podemos enfrentar cualquier oscuridad."

Con la amenaza de Bowser aún presente, Mario se levantó, decidido a proteger no solo a la salvadora, sino también a todos los que dependían de su luz. La batalla había sido solo el comienzo, y juntos, continuarían su lucha contra la oscuridad, siempre en el camino hacia un futuro brillante.