La noche del beso se había desvanecido en el caos de la fiesta, pero el eco de aquel instante seguía presente en la mente de Camila.
Lauren con una última mirada distante, no tuvo más opción que despedirse, puesto que aún faltaban horas para que su servicio acabara con aquel hombre. El cambio repentino de su actitud, el brusco final de lo que había sido un momento cargado de emoción, dejó a Camila con una sensación amarga. El beso había sido real, o así lo había sentido ella, pero aquellos cambios de Lauren la hacían sentirse confundida, y aún así, días después, la confusión aún la invadía.—¿Tienes el dinero?.. —aquella pregunta de Julieta hizo que saliera de sus pensamientos. —Iré en unas horas a ingresarlo a la cuenta para pasárselo al propietario, me acaba de escribir. —Lauren solo asintió, levantándose para dirigirse a su bolso y tomar la cantidad de dinero que le correspondía de su parte. El gesto era automático, casi mecánico, pero en su mente algo se revolvía. El peso de esa despedida apresurada seguía presente.
Lauren ahora se encontraba en Londres por tres semanas, había acordado con su amiga Julieta hacer ese viaje de trabajo que ambas necesitaban. Se alojaban en un apartamento que Julieta había conseguido a un mejor precio, para suerte de ambas.
Julieta también hacía lo mismo que Lauren, a ambas le afectaba de manera diferente pero siempre estaban ahí para la otra, las dos sabían que aquello era más que un trabajo fácil como todas las personas solían decir.—¿Trabajarás ésta noche? —preguntó Lauren mientras dejaba el dinero en las manos de Julieta.
—Sí, tengo muchas cosas pendientes. —respondió. —necesito sacármelas de encima cuanto antes.
—Yo saldré ésta noche. Siento que... han pasado tantas cosas desde que llegué. —confesó sintiéndose un poco abrumada. —No entiendo porque este viaje me está afectando más que los otros.
—¿Qué exactamente te afecta? —Julieta puso sus ojos expectantes en los de Lauren.
—No sé, aún no lo sé...
La conversación fue interrumpida por el timbre que resonó en el apartamento.
—Ese debe ser mi cliente. —dijo Julieta levantándose con Calma. —Hablaremos de ésto más tarde, ¿de acuerdo?
Lauren asintió, su mente aún estando en aquellos pensamientos que no lograba ordenar. El sonido de la puerta abriéndose y las voces de su amiga y aquel hombre desconocido se fueron desvaneciendo a medida que se sumergía más en su mente, donde la imagen de Camila volvía a aparecer.
Empezaba a pensar que quizá era ella la que debía dar el siguiente paso. Después de todo, había sido ella la que se había esfumado sin explicación alguna, dejando a Camila sumida en confusión. Ya no podía seguir ignorando el eco de aquella despedida abrupta.
Respiro hondo decidida y tomó su celular, buscando el número de Camila segundo después, marcó la llamada. El sonido del timbre del teléfono la hacía sentir cada vez más ansiosa.
—¿Hola? —la voz de Camila al otro lado de la línea sacudió sus pensamientos.
—Hola, Camila. —respondió, con una voz más suave de lo que esperaba. Una sensación de nerviosismo se aferró a su ser, ella no quería una respuesta negativa.
—Oh, hola, Lauren... ¿cómo estás? —la respuesta de Camila sonó animada, y esa chispa en su tono alivió parte de la tensión que Lauren no sabía que estaba sosteniendo.
—Estoy bien, ¿y tú cómo has estado? —contestó, aunque sentía su corazón latir más rápido con cada palabra que pronunciaba. Se sentía como si volviera a tener quince años, esperando ansiosa una señal de interés.
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Entre sombras y luces.
RomanceTras un encuentro inesperado en una galería de arte, Camila queda fascinada con Lauren, una mujer enigmática que parece esconder más de lo que muestra.