Capítulo 7

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Gala miraba atenta el rostro de Luigi en la pantalla; y cuando este cambió la cámara pudo ver por fin a Karime durmiendo en la cama, vestida con una bata de hospital y el pie izquierdo apoyado sobre una almohada y cubierto con un vendaje. Tenía la cara desmaquillada y las ojeras en su rostro eran profundas a consecuencia del poco descanso que había tenido esa noche, pero a pesar de todo su semblante era tranquilo y eso a su vez tranquilizó a la pelirroja.

——

Cerca de las 4:00 pm del sábado, hora del centro de México y luego de casi 4 horas de vuelo, Gala llegó a casa de Karime con sólo una mochila al hombro y un ramo de flores que el chofer amablemente la había dejado bajarse a comprar mientras esperaban en un semáforo antes de llegar a su destino.

El encargado de abrir la puerta y recibirla con un abrazo fue Luigi; emocionado de verla luego de 3 meses y felicitándola por lo guapa que se veía y el gran logro que estaba consiguiendo. 

Sssshh,  bajen la voz muchachos, que Kari los va a escuchar... ¿O no la vas a sorprender?... No le hemos dicho nada de que venías todavía, por si acaso... ¡Bienvenida a casa, hija! — La saludó ahora Don Alberto en voz baja y abriendo los brazos para estrecharla en un cálido abrazo.

—Don Alberto, ¡Qué gusto! "Muchas gracias" — Lo abrazó ella también con amor.

Dentro del departamento también estaban Jey y Chile, a quienes también saludó con un buen abrazo.

—Preciosa... — La abrazó primero Jey.
—"Qué chido que hayas venido."

—"Mi Galiux... Welcome back to chilangolandia." — La saludó Chile, con un abrazo y un beso.

Los dos amigos la recibieron con gusto pero a la vez con reserva. Ninguno lo decía en voz alta, pero se les notaba apenados y hasta cierto punto arrepentidos por lo sucedido. Los dos, junto con Jawy que ahora no estaba presente pero también había estado estas últimas horas sin despegarse del lado de Karime, habían adoptado desde hace muchos años ya el papel de sus guardianes protectores y en ese plan habían salido ayer de fiesta con ella y no podían evitar sentirse algo responsables de no haber cuidado bien de su mejor amiga.

Gala sin embargo no los culpaba, al menos no a ellos. Había tenido ya suficiente tiempo durante el vuelo para pensar las cosas y decidir a quien culpar y a quien no por lo sucedido. A fin de cuentas, ahora lo importante era que Karime estaba bien y en eso pensaba enfocarse durante las siguientes 24 horas.

—Isabel está con Kari en el cuarto... Está despierta, "Paty le preparó un caldito de pollo y apenas va a comer." — Se dirigió Don Alberto a Gala. Quitándole la mochila del hombro y animándola a que fuera al encuentro de su hija.

—Gracias... Bueno, "voy a pasar."

La pelirroja se sentía contenta de haber llegado pero en parte también se sentía apenada; había demasiadas miradas puestas en ella.

——

La puerta estaba entreabierta y con un par de golpes muy suaves y un "Buenas tardes" la recién llegada entró en la habitación de Karime, sorprendiendo a las dos mujeres dentro aunque claro, una de ellas ya la esperaba.

—¡Uy! "Mi niña linda" ¡Qué bonita sorpresa! — Exclamó la Señora Isabel con genuina alegría.

La mujer se levantó del borde de la cama para abrazar a Gala brevemente y darle un par de besos en las mejillas, e inmediatamente retiró la mesita con el plato de comida del regazo de su hija. Norris salió huyendo con el alboroto.

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