𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐂𝐔𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀𝐒

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PUEDE OÍR CLARAMENTE cómo su corazón se acelera más que el tren bala, y él puede sentirlo gemir bajo su intensa mirada

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PUEDE OÍR CLARAMENTE cómo su corazón se acelera más que el tren bala, y él puede sentirlo gemir bajo su intensa mirada. La forma en que sus labios se estiraron en una sonrisa cómplice, dejó en evidencia que él conocía su reacciones a sus acciones.

Odiaba a ese hombre por su maldad y su actitud descuidada, pero aun así su cuerpo transmitía todas las señales equivocadas a su tacto. Él seguía dando vueltas y agarrándola íntimamente entre sus brazos sin perder el ardiente contacto visual como le placía, y ella no tenía más opción que dejarse llevar.

Para evitar su mirada intensa y sus sentimientos descontrolados, dejó que sus ojos se desviaran hacia su hermana. Podía ver, incluso desde la distancia más lejana en la que se encontraba, que estaba aterrorizada. Parecía fuerte por fuera con esa expresión seria, pero solo ella sabía lo que sentía por dentro. Un solo gesto de seguridad y estallaría en lágrimas en cualquier momento.

Su atención se desvió bruscamente de su hermana hacia la máquina de matar, mientras su brazo izquierdo se movía peligrosamente hacia arriba y el derecho exploraba la parte inferior de su cuerpo. No era la primera vez que alguien la tocaba, pero sí la primera al sentir dos contrastes al mismo tiempo, asombroso y repugnancia.

La forma en que sus manos le inyectaban adrenalina en cada lugar donde hacían contacto le explicaba lo experto que es en el manejo del cuerpo de una mujer. Aunque parecía demasiado bueno para ser verdad y se endureció el centro provocando sensaciones extrañas que nunca antes había sentido, su mente se advertía y le llamaba repugnante por amar la sensación de los brazos de un asesino y disfrutar de la tensión sexual con la que se estaba atacando.

Saliendo de sus fantasías desorientadas, lo empujó un poco más fuerte de lo que pretendía, para evitar que sus dos palmas la tocaran más íntimamente.

Pero su empujón no le hizo ninguna diferencia, y apoyando sus brazos en su cintura con más firmeza, acercándose más, respondió mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja con sus labios: —Eres diferente a las otras chicas con las que he estado, Cassandra. Me haces sentir cosas que pensé que nunca volvería a poseer.

Aunque sintió curiosidad por sus misteriosas declaraciones, no lo cuestionó, excepto asentir ante su confesión.

—¿No tienes curiosidad por saber en qué eres diferente?. —Continuó, mientras le lamía el lóbulo de la oreja y pasaba la nariz por su cuello.

—Quiero volver a mi casa. —Tartamudeó juntando fuertemente sus piernas, incapaz de mantener a raya la creciente tensión.

—Claro que puedes, preciosa. —Al oír esas palabras, no pudo evitar sentirse aliviada. Sin embargo, su respuesta la sorprendió, ya que sus acciones no respaldaban sus palabras.

Entonces, para confirmar sus dudas, preguntó: —¿Hablas en serio? ¿Puedo irme?.

—Por supuesto, nos vemos pronto Cassandra Bell, adiós por ahora. —Dijo, picoteando su omóplato perezosamente.

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐈𝐃𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora