DAGGERS - Niall Horan-

¿Quién eres tú?

Cuando una persona que te ha dado su amistad y te ha hecho sentir especial se tiene que alejar de ti por un tiempo, no es fácil, muchos podrían pensar que 3 semanas son suficientes, pero el que Ryan se marche en tan poco tiempo no me da tiempo ni para idealizarme en este club sin él. Estoy siendo dramática, lo se, pero tengo miedo de que nunca vuelva a ser lo mismo de nuevo.

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Las tres semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, hicimos muchas cosas juntos e incluso el último día hubo una despedida donde todos sus amigos cercanos nos reunimos junto con él y en donde hubo anécdotas pero como en toda despedida también lagrimas.

- ¿Recuerdas lo que te dije hace 4 años cuando esa chica te tacleo fuerte? - me preguntó mientras observábamos el cielo, asentí y me rei.
- Como olvidarlo- el sonrió también.
- "Si alguien te hace sentir inferior, demuestrales que lo mejor esta en el interior, no en la fuerza bruta que ellos apliquen sobre tu cuerpo o tu mente, al final de todo es lo mejor que ellos pueden ofrecerte" Ane, si alguna vez tienes una lesión muy fuerte - apuntó a mi yeso - o no te sientes con el ánimo suficiente, no dudes en llamarme - asentí y un nudo se formó en mi garganta.
- De acuerdo -
- No llores, nada va a cambiar entre nosotros, lo prometo - sonrei y nos abrazamos.

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Habian pasado 6 meses desde que Ryan se fue, y seguiamos en contacto, pero definitivamente extrañaba a mi mejor amigo. Hace 4 meses que me habían retirado el yeso y empecé con la rehabilitación de mi rodilla, no sé porque razón mis papás no aceptaron que me rehabilitara en mi club, ellos me ofrecieron toda la atención y se suponía que eran responsables de mi reincorporación al equipo.
Todo este tiempo había estado entrenado mi rodilla en una piscina olímpica, no me quejo, haciamos muy buenos movimientos y cada vez me sentía mejor y con ganas de volver al campo de juego.

Mi despertador sonó como de costumbre y casi lo tiro por la ventana por el hecho de que podia sentir las bolsas debajo de mis ojos pedir a gritos de dolor que lo apagara, y es que las últimas semanas hemos estado trabajando intensamente en la Universidad para pronto comenzar con las prácticas fuera del aula, y por consiguiente he dormido muy poco.
Me levanté de la cama y entre en mi baño como de costumbre, fui a desayunar y en compañía de mis padres tendría quizá mi última rehabilitación.
Hace 3 meses que el médico pospone mi fecha para regresar al equipo de fútbol, es como si mi rodilla me odiara y quisiera alejarme de tan preciado deporte.
El entrenamiento estuvo tan delicioso y motivador como siempre, y es una lástima que mis sesiones de rehabilitación finalicen hoy. Fui a las regaderas y me maquille y me vestí porque después iría a la Universidad.

- Hola ¿Cómo va todo? - pregunté a mis padres cuando entre en el consultorio del médico encargado de mi rehabilitación.
- Él aun no ha dicho nada - asentí - él quiere que tu estes aquí como siempre o no dirá nada - El médico entro en la habitación blanca y se sentó frente a su escritorio.
- Buenos días - respondimos a su saludo. Era el típico doctor inexpresivo pero amable a pesar de todo - Bien, he estado analizando su rehabilitación varios meses, y como recordaran, he negado que la señorita Tedder vuelva al equipo por su seguridad en repetidas ocasiones - me observó y asentí ansiosa por escuchar lo que estaba a punto de decir - Señorita Tedder - me observó por otro largo rato hasta que por fin se decidió a hablar - me temo que usted no podrá volver al campo con la normalidad con la que lo hacía-
- ¿Disculpe? - mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas - ¿Que significa eso? - quería asegurarme de que no estaba teniendo una pesadilla - el médico suspiro y observó a mi padre escapando de mi mirada.
- Señor Tedder, es mejor que su hija deje de entrenar fútbol o cualquier otro deporte que afecte a su ligamento - su voz sonaba distante para mí - su ligamento es muy frágil ahora y no queremos que pase a peores circunstancias, ella jugando fútbol, corre un grave riesgo - no resisti más y salí lo más rápido que pude de el consultorio y corrí al auto encerrandome dentro de el ¿No entrenar más?
Mi mundo se vino abajo, esta noticia era como si me desterraran del mundo, era como o si hubiese perdido el sentido de todo, este deporte lo era para mi todo, tenia amigos, diversión, era como mi hogar, uno verdadero.
Me senté en posición fetal y comencé a llorar, quería gritar, estaba enojada con todos a pesar de que sabía por seguro, que ellos era absolutamente inocentes. Maldije a la chica que me hizo esto aquel día durante el juego ¿Porque tuvo que barrerme de esa manera? ¿Porque corrí de esa manera? Yo estaba muy tranquila haciendo nada por pensar en Ryan y en Brent ¿Porqué? ¿Porqué? Y cada vez mi cabeza se llenaba de más "Hubieras" y de preguntas "¿Porque?" Mis lágrimas caían desesperadas por el hecho de que mi cuerpo que estaba en su total expresión de cólera y desesperación.
Estaba hundida en un abismo.