2. Un Paso Hacia La Aventura

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Rebecca se despertó con la luz filtrándose por la ventana, pero en lugar de la calma habitual de su hogar, el aire estaba cargado de una energía agitada. El día que había estado esperando, aunque temerosa, finalmente había llegado. Miró a su alrededor y se encontró rodeada de cajas vacías y juguetes de Nico esparcidos por el suelo, un recordatorio de que estaban a punto de embarcarse en una nueva aventura.

Antes de siquiera poder salir de la cama, su telefono empezó a sonar, se estiró hacia la mesita para cogerlo y sin mirar el nombre de quien llamaba, la aceptó.

-Es demasiado temprano para querer venderme algo, ¿no creen?

-Bueno, en eso te doy la razón pero solo quiero saber si al final aceptas.

Becca se sonrojó levemente al reconocer la voz al otro lado de la línea.-Señor Marín, lo siento, pero si, al final acepto la oferta y Nico se viene conmigo.

-Me alegro mucho de oír esa noticia, Rebecca. Te envío por mail los billetes y toda la documentación que deberás presentar cuando llegues. Un chófer te estará esperando al llegar a Montana, él te llevará a tu nuevo hogar.

Rebecca asintió a todo lo que su director le dijo.-Si, está bien. Muchas gracias por todo, sobretodo por la confianza.

-Deja el listón alto, pero disfruta de Montana y de tu hijo. Aprovecha todas las oportunidades que te salgan. Buena suerte, Rebecca.

Cuando la llamada finalizó, la documentación mencionada anteriormente llegó a su mail y lo primero que hizo Rebecca fue coger su ordenador y fotocopiarlo absolutamente todo.'

Con toda la documentación en papel, empezó a leer cada folio mientras se paseaba por su cuarto, firmó donde decía que tenía que hacerlo y rellenó los datos que pedían, tanto de ella como de su hijo. Con todo firmado, metió toda la documentación en una carpeta y dicha carpeta la guardó en su bolso.

Suspiró profundamente antes de salir de la habitación esquivando cajas, tenía muchas cosas en casa de su madre y aun tenía que terminar de seleccionar las cosas que creía que eran mas importantes, el problema que todo era importante para ella.

Becca se sentó en el suelo del salón, rodeada de un sin fin de cajas de cartón. A su lado, Nico, con su camiseta de spider-man y una gran sonrisa, estaba entusiasmado con la idea de su próximo viaje. La energía infantil de su hijo contrastaba con la ansiedad que la invadía. Sabía que mudarse a Montana era una oportunidad única, pero la idea de dejar atrás su vida en Madrid también la llenaba de dudas.

Con un suspiro, Becca abrió una de las cajas. Dentro había una mezcla de ropa, juguetes y recuerdos. Nico observaba atentamente, sacando sus cosas favoritas.

-¡Mira, mamá! ¡Quiero llevar mi dinosaurio grande!- exclamó, levantando un peluche más grande que él.

Rebecca no pudo evitar reírse.-Creo que el dinosaurio se quedará en casa esta vez, cielo. Pero, ¿qué tal si llevas tu libro de aventuras? Siempre puedes leerlo en el avión.

Nico hizo un puchero, pero finalmente accedió, sonriendo.-Está bien, pero solo si me prometes que lo leerás conmigo todas la noches.

Esa promesa hizo que el corazón de Becca se ablandara. Siempre había intentado ser una madre presente, a pesar de sus estudios. Este viaje era una nueva etapa, y quería que Nico supiera que siempre estaría a su lado, sin importar la distancia.

Mientras empacaban, Becca reflexionaba sobre lo que significaba ser madre. Se sentía culpable por las horas que había pasado estudiando y la falta de tiempo de calidad que a menudo compartían. Sin embargo, cada risa y cada conversación sobre lo que llevarían eran pequeños recordatorios de su conexión. Quería que Nico tuviera aventuras y recuerdos felices, y este viaje podía ser una parte importante de eso.

entre el deber y el deseo | YellowstoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora