Capítulo 4

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El aire estaba cargado de tensión desde el momento en que Atsushi y Akutagawa recibieron la orden por parte de sus respectivas organizaciones

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El aire estaba cargado de tensión desde el momento en que Atsushi y Akutagawa recibieron la orden por parte de sus respectivas organizaciones. La misión era simple en teoría: frenar a unos delincuentes que pretendían introducir armamento de guerra en Yokohama. Sin embargo, la verdadera complicación radicaba en la compañía.

Desde la captura de Fyodor, la Agencia y la Mafia se habían visto obligadas a colaborar más de lo que cualquiera habría imaginado. Para Atsushi, trabajar con Akutagawa era siempre una experiencia incómoda por lo arisco, antipático, arrogante y hostil que resultaba el pelinegro. Pero tras lo sucedido la noche anterior, la incomodidad había tomado un matiz nuevo, uno que lo tenía inquieto y en constante alerta.

Ambos se movían sigilosamente entre las sombras del puerto, siguiendo a los criminales que descargaban contenedores desde el barco. Pero aunque trataban de concentrarse en la misión, la tensión entre ellos era palpable, tangible incluso. Cualquier roce, cualquier mirada cruzada, hacía que el ambiente se volviera denso.

—Cuidado —susurró Atsushi, cuando Akutagawa, al moverse, casi tocó una caja que podría haber hecho ruido. Akutagawa lo miró con frialdad, pero no dijo nada.

Continuaron avanzando, sigilosamente, ya que Rashomun causaría mucho alboroto al igual que el Tigre, añadiendo a eso que los criminales no poseían habilidades.

"No abusar del poder" Ambos recordaron las palabras de sus respectivos jefes, así que continuaron por el espacio que era demasiado estrecho y las cajas de municiones estaban amontonadas. En un momento, Atsushi tuvo que pasar por delante de Akutagawa, y en el proceso, sus cuerpos se rozaron de manera inevitable. El contacto fue breve, pero suficiente para que ambos se tensaran.

—Deberías tener más cuidado —murmuró Akutagawa, con una voz baja y grave, mientras sus ojos se desviaban hacia Atsushi de manera casi imperceptible.

—Lo siento —respondió Atsushi, su corazón latiendo más rápido de lo que debería en una misión como esa. Sentía el calor en su rostro y, aunque intentaba mantenerse enfocado, las imágenes de la noche anterior seguían rondando su mente.

El problema era que, cada vez que se rozaban en esos espacios confinados, había una chispa. Una chispa que ninguno de los dos parecía poder ignorar.

Finalmente, los delincuentes notaron su presencia. Un tiroteo se desató, y tanto Atsushi como Akutagawa se lanzaron al combate. Cada movimiento era calculado, preciso, pero los roces accidentales continuaban, y con cada uno, la tensión aumentaba.

En un momento, Atsushi perdió el equilibrio al esquivar una bala y cayó directamente sobre Akutagawa, chocando sus cuerpos de manera brusca. Ambos cayeron al suelo, con Atsushi encima de él. Por un segundo, el caos a su alrededor pareció detenerse.

La coordinación era torpe entre ambos, el calor de los cuerpos se mezclaba, las respiraciones entrecortadas se encontraban, y Atsushi pudo sentir el cuerpo de Akutagawa bajo el suyo.

𝓛𝓲𝓵𝔂 (ˢʰⁱⁿ ˢᵒᵘᵏᵒᵏᵘ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora