Rifthan , el nombre de la obsesión. +21

Desflorar una rosa +18

Rifthan condujo el coche hasta un edificio de lujo en el centro de la ciudad. Mia se sintió incómoda mientras él aparcaba el coche y se bajaba para abrirle la puerta.

-Vamos, Mia -dijo Él , sonriendo-. Quiero mostrarte algo.

Mia se sintió nerviosa mientras seguía a Rifthan hacia el edificio. El vestíbulo era elegante, con mármol y cristal Él se dirigió hacia el ascensor y pulsó el botón.

-¿Dónde estamos? -preguntó Mia, intentando mantener la calma.

- a mi departamento -respondió Rifthan , sonriendo-. Donde podemos estar solos.
Es la primera vez que traigo a alguien , generalmente prefiero los hoteles del centro pero ... olvide reservar uno . Sonríe mientras la invita a subir al ascensor.

El ascensor se detuvo en la planta superior. Rifthan salió y se dirigió hacia una puerta. Abrió la cerradura y se hizo a un lado para dejar que Mia entrara.

Mia se sintió impresionada por la decoración elegante del departamento. Había obras de arte en las paredes y una vista impresionante de la ciudad.

-Es hermoso -dijo Mia, intentando sonar natural.

Rifthan sonrió y se acercó a ella.

-Me alegra que te guste -dijo-. Quiero que te sientas cómoda aquí.

Mia se sintió incómoda mientras Él se acercaba más. Su corazón latía con ansiedad.

-¿Qué quieres de mí? -preguntó Mia, intentando mantener la calma.

Rifthan se rió, una risa baja y sin humor.

-Todavía no, Mia -dijo-. Todavía no.

Mia se sintió una sensación de miedo creciente. ¿Qué había hecho? ¿Por qué se había metido en esto?

De repente, Rifthan se detuvo y miró hacia la ventana.

-Mira -dijo-. La ciudad es hermosa de noche.

Mia se acercó a la ventana y miró hacia afuera. La ciudad estaba iluminada, con luces que brillaban en la oscuridad.

Pero mientras miraba, Mia se dio cuenta de que algo no estaba bien. La ventana estaba cerrada, pero no había barrotes. Y la puerta principal estaba cerrada con llave.

Mia se sintió atrapada.

Es hermosa la vista , de eso no hay dudas _ Rifthan observa a la joven detenidamente se acercó a Mia, su mirada intensa y exigente.

-Es hora de empezar, Mia -dijo, su voz baja y autoritaria-. Quiero que comiences con tu servicio.

Mia se sintió nerviosa y incómoda. No sabía qué esperar, pero sabía que no quería hacer esto.

-¿Qué servicio? -preguntó Mia, intentando ganar tiempo.

Él sonrió, su sonrisa cruel y sin humor.

-No juegues conmigo, Mia -dijo-. Sabes exactamente qué quiero. La agencia te explicó los términos.

Mia se sintió una oleada de miedo. ¿Qué había hecho? ¿Por qué se había metido en esto?

-Por favor, Rifthan -dijo Mia, intentando sonar suplicante-. No me hagas hacer esto.

Él se rió, su risa baja y sin humor.

-No hay vuelta atrás, Mia -dijo-. Tienes que cumplir con tu parte del trato.

Mia se sintió atrapada, sin salida. Sabía que tenía que hacer algo, pero no sabía qué.

De repente, Rifthan se acercó más y le susurró al oído.

-Quiero que bailes para mí, Mia -dijo-. Quiero que me muestres tu cuerpo.