Cap. 12: Los Tres Mensajeros

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En el castillo de Roca Dragón se escuchaban alaridos y quejidos de Rhaenyra, que ya había entrado en labor de parto desde hacía como 3 o 4 horas, maldiciendo a Los Verdes por el dolor y llorando de rabia, daba vueltas en su alcoba mientras los maestres la observaban preocupados, estaba intocable.

—Aún no ha llegado a termino, esto no debería estar pasando.—dijo el maestre.

—Pero está pasando, carajo!—gritó Rhaenyra acercándose al hombre, bastante mortificada. 

—Debe recostarse princesa—dijo Elinda, tomando con gentileza el brazo de Rhaenyra.

—¿Y Visenya? ¿Hay noticias de ella?—respondió sentándose. 

—Me temo que no, majestad...—Elinda bajó la mirada.

Rhaenyra dio un grito fuerte de dolor y tocó nuevamente su vientre para levantarse. ''Necesito a mi hija, necesito a mi Visenya'' dijo entre quejidos. 

—Majestad, por favor debe recostarse—dijo una de las mujeres presentes.—Vamos a ayudarla, ya hemos hecho esto... 6 veces... por favor, sólo deb—Rhaenyra gritó entonces ''Largo! Largo! Las quiero afuera, a todas!''. Su nivel de dolor era demasiado alto, pero no sólo era dolor... su dolor estaba mezclado con rabia, preocupación, tristeza y angustia, una mezcla potente de emociones que eran demasiado para Rhaenyra en aquel momento. 

Mientras esto sucedía, Daemon ideaba un plan, dispuesto a iniciar una guerra ''Recluten a los entrenadores de Dragones... ellos son capaces, buenos hombres y fuertes. Ágiles guerreros. Los necesito''. 

En las afueras del castillo, Jacaerys y Lucerys practicaban en un duelo de espada, Jacaerys con obvia ventaja sometía al pequeño y flacucho Lucerys, que cayó al piso.

—¿Qué fue eso?!—gritó Jace tomándolo del brazo con rudeza.

—Perdón!—gritó Luke aún desde el piso.

—Tal vez... deba ser más... tolerante, mi príncipe, para que él aprenda lo que se le enseña.—dijo Sir Steffon cuando de pronto, la luz se fue, una sombra enorme venía desde el cielo con rapidez, la bestia alada, el dragón loco, Penthos venía rugiendo para posarse frente a ellos, al aterrizar dando un fuerte grito, anunciando su llegada como de costumbre.

—Penthos... es Penthos?—dijo Rhaenyra, levantándose de su cama para ver por el balcón.

—Majestad...—dijo una de las mujeres, intentando hacer que se vuelva a sentar.

—No me toquen, carajo!—gritó enojada intentando ver por el balcón, para ver si el dragón traía en sus lomos a su hija, temiendo lo peor.—Rhaenyra no pudo seguir viendo, el dolor era demasiado fuerte y ahora, empezaba a sangrar más de lo normal, cayendo al piso.

—Majestad, déjenos ayudarla..—dijo Elinda. Rhaenyra empezó a gritar más fuerte, sentándose y abriendo sus piernas.

Mientras tanto, Visenya bajaba del intimidante Penthos, corriendo hacia sus hermanos.

—Princesa—dijo Sir Steffon, caminando hacia ella. Lucerys se levantó del piso y Jacaerys corrió hacia ella también.

—Visenya...—dijo Jace confundido, Lucerys abrazó a su hermana y le sonrió ''¿Te rebelaste? ¿Ya no te casarás con Aemond?'' Visenya sonrió de lado y tomó el rostro de Luke. 

—El abuelo ha muerto.—dijo y unas lagrimas empezaron a caer por sus mejillas, recordando el estado en el que lo encontró.—Ellos... han usurpado el trono, han robado la herencia de nuestra madre.

Las expresiones de Jace y Luke eran diferentes, mientras que el primero mostraba rabia y apretaba los dientes, el otro tenía una mirada triste, cabizbajo, sentándose en una roca que estaba cerca mientras tocaba su cabeza. ''¿Dónde está madre?'' preguntó la joven.

𝐁𝐀𝐒𝐓𝐀𝐑𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora