𝐁𝐀𝐒𝐓𝐀𝐑𝐃𝐀

Cap. 17 - Temporada 2

FLASHBACK

—¿Por qué debo tener un guardia real? No es lo que quiero, madre.—Visenya miró a Rhaenyra, algo enojada, su rostro era chistoso cuando estaba enojada, sus mejillas como siempre se ponían rosadas y fruncía el ceño de una manera tan tierna que era imposible tomarla en serio. Rhaenyra le sonrió.

—Es una tradición, Visenya.—contestó ella con amabilidad, la niña iba siguiéndola y protestando tras ella.—Sé que no es tu deseo, pero es lo que tu abuelo el rey desea... para tu protección. 

—¿Protegerme de qué?!—se exaltó la pequeña niña de ojos verdes, Rhaenyra tocó su mejilla provocando que esta se calmase y la mirase extrañada.—Ni siquiera lo conozco.—protestó una vez más.

—Sir Erryk ha entrenado por mucho tiempo, es joven pero ha demostrado ser valiente, así como su hermano gemelo. Es bueno que sea joven, así crecerán juntos—Rhaenyra sacudió los cabellos de su hija y ella quitó sus manos algo fastidiada. 

Durante su onomástico o día del nombre, cómo la gente de Poniente solía llamar al cumpleaños, Visenya llevaba un hermoso vestido negro y el cabello suelto, su piel pálida resaltaba aún más sus ojos verdes, se encontraba a un lado, viendo a los invitados, otras casas, entre ellas los Baratheon y los Lannister. Distraída y viendo a cada uno de sus invitados, mirando a todo el mundo a su alrededor, alguien la miraba a ella. 

Aquel niño pequeño y delgado, de ojos azulados y cabello platinado, tan callado y tímido cuando de ella se trataba, Aemond, aún con ambos ojos, era incapaz de mirarla a la cara, quizá por vergüenza de su propia edad o algún sentimiento tan fuerte que lo hacía sentir extraño. Decidió acercarse, manteniendo su postura distante, por supuesto. 

Visenya retrocedió un poco al sentir su presencia, pero pronto lo miró. 

—Supongo que nuestros hermanos tienen dragones y nosotros guardias.—habló por fin.

Ella sonrió hacia él ''No por mucho, planeo reclamar a Tessarion y quitársela a tu hermano'' le dijo nada más para fastidiarlo.

—Los dragones no se pueden quitar a sus amos, no puedes robar el dragón de alguien más.—refutó Aemond.

—Zaldrīzes buzdari iksos daor—respondió la niña, sin mirar a Aemond (un dragón no es un esclavo).

—¿Y eso qué significa?—preguntó intrigado y admirado por su perfecto alto valyrio.

—Un dragón no es un esclavo, no tienen ''amos'' tonto.—Visenya se burló de Aemond, el niño la miró de reojo.—Algún día tendremos dragones, los dos—siguió—Y todos los que se burlan de nosotros—miró a Aegon, y cómo este se embriagaba con copa tras copa—serán castigados.

Aemond miró a Visenya con admiración, ella volteó a mirarlo también y él bajó la mirada disimuladamente. ''Pero, si te escucho insultando a mis hermanos, te quemaré vivo a ti primero''. El niño movió su cabeza con disgusto, mientras Visenya se fue caminando hacia su madre y sir Laenor, su ''padre'', no sin antes pasar por el lado de Aegon, que, algo ebrio, le lanzó un beso, la joven blanqueó los ojos y este se burló de ella.

La ceremonia empezó, un joven sir Erryk caminó hacia ella, quitándose el casco y arrodillándose. Sir Erryk estaba en sus plenos 20, un hombre alto, delgado pero fornido a simple vista, cabellos marrones casi rubios y con una barba que llamaba la atención, la niña lo miró con intriga y este entonces, tomó la corona de su abuelo el rey, para empezar a jurar. 

—Juro proteger a la princesa Visenya, con todas mis fuerzas y dar mi sangre por la de ella—habló mirándola fijamente, había quienes decían que el guardia había quedado enamorado de la niña, pero basándose en su manera tan respetuosa de tratarla, muchos pensaban que sólo estaba haciendo su trabajo como guardia real. Verdad o no, sir Erryk cuidó a la princesa y se convirtió en su sombra desde ese día.—No tomaré a una esposa, no tendré tierras ni engendraré hijos... yo guardaré sus secretos, cabalgaré a su lado y defenderé su nombre y su honor. Lo juro por todos los dioses.