plaything - yizhan

el viaje

Por lo general, cuando Wang Yibo usa el jet privado de la familia, está con sus amigos. No eligen qué avión usan y, cuando están de fiesta en la cabina principal, un jet privado es realmente igual al otro. Esta vez, sin embargo, Yibo está feliz de usar el suyo, ya que su padre optó por el que tiene camarote privado.

La mandíbula de Xiao Zhan cayó cuando Yibo le informó a dónde iban, y Yibo se apresuró a empujarlo hacia abajo y aprovechar sus suaves labios y su boca abierta.

—¿Qué vamos a hacer en Tokio? —Xiao Zhan preguntó con voz ronca después de que Yibo se viniera en su garganta, sus manos agarrando fuertemente el cabello de Xiao Zhan en sus puños.

—Lo que queramos, Zhan-ge —había dicho Yibo distraídamente mientras buscaba en su caja de juguetes. No le preocupaba demasiado empacar ropa. Podía comprar lo que quisieran, pero quién sabe si tendrían mucho tiempo para comprar juguetes, y Yibo quería asegurarse de traer todos sus favoritos. Además de Xiao Zhan.

"¿Algo en particular que quieras que te traiga?", le preguntó a Xiao Zhan con picardía. El artista se sonrojó, pero terminó señalando algunos artículos que le gustaría para el deleite de Yibo. Joder, pero Xiao Zhan es perfecto para Yibo.

Y ahora, Yibo está follando a Xiao Zhan en un avión. Tira del collar alrededor del cuello del hombre más alto y tira de la cara de Xiao Zhan hacia abajo, empujando su lengua en la boca del otro hombre y tragándose los jadeos del artista. Xiao Zhan está rebotando sobre su polla, su cara sonrojada, y Yibo está asombrado de lo sexy que es Xiao Zhan sin importar lo que le haga el playboy. Suelta a Xiao Zhan y mete algunos dedos en su boca. Xiao Zhan gime mientras sigue subiendo y bajando por la polla de Yibo. Lame y chupa los dedos de Yibo mientras los empuja con fuerza en la boca de Xiao Zhan.

—Eres una puta, Zhan-ge —se maravilla Yibo. Xiao Zhan se sonroja aún más, pero no se detiene en sus esfuerzos mientras monta al hombre más joven con desenfreno. Yibo embiste con fuerza cada vez que Xiao Zhan disminuye la velocidad, y sus dedos se clavan dejando moretones en la suave piel de Xiao Zhan como castigo.

—Dios, mírate —canturrea, y Xiao Zhan cierra los ojos, gimiendo mientras se acerca—. ¿Debería follarte delante de mis amigos, Zhan-ge? ¿Mostrarles lo bonita que eres mientras gimes por mí? Te gustaría eso, ¿no?— Yibo es desvergonzado y Xiao Zhan jadea, con los ojos desorbitados mientras monta a Yibo.

—No hasta que yo llegue, Zhan-ge —ordena Yibo y Xiao Zhan se queja, desesperado.

Yibo sabe que no es justo. Lleva un anillo en el pene y, aunque con el tiempo podrá acabar con él, Xiao Zhan no podrá aguantar. El hombre mayor estará demasiado agotado para seguir rebotando o no podrá evitar correrse cuando Yibo golpee el pene en su próstata. Yibo lo hace en ese momento y los ojos de Xiao Zhan se abren de golpe mientras gime, el sudor gotea por su cuello mientras intenta concentrarse en mantener un ritmo constante.

—Por favor, Bo-ge —jadea—, te necesito, por favor.

—Tienes que ganártelo, Zhan-ge —responde Yibo, con una media sonrisa en los labios mientras observa al hombre luchar por encontrar la combinación adecuada para maximizar la sensación de Yibo y minimizar la suya. Justo cuando parece que Xiao Zhan finalmente lo está logrando, Yibo siente que Xiao Zhan comienza a relajarse y a alejarse del borde, Yibo se lanza contra él en el ángulo justo y Xiao Zhan se corre, chorros de blanco disparados sobre el pecho plano de Yibo.

"Zhan-ge malo", ronronea Yibo, y Xiao Zhan emite un gemido enojado.

"¡No es justo!", dice con enfado. "Ya me estaba acercando".

Yibo está de acuerdo y le dedica una mirada comprensiva al artista que sufre. "Tan cerca". Sus ojos son traviesos mientras cambia de posición, y de repente Xiao Zhan está debajo de él en la cama. El hombre mayor está jadeando y haciendo pucheros y es tan condenadamente lindo que Yibo se siente tentado de decirle al avión que dé la vuelta y los lleve de regreso. El playboy solo quiere pasar más tiempo follándose a Xiao Zhan hasta que el artista no pueda respirar sin gemir su nombre. Pero no, sus estúpidos amigos lo están esperando en Tokio.