Comencé a caminar alrededor de las ruinas, abstraída en mis propios pensamientos; jugando a pisar los charcos, sin preocuparme en lo absoluto por lo que ocurría a mi alrededor, o por llenar de barro el vestido blanco que usaba.
Estaba descalza.
No tenía ninguna noción del tiempo; no sabía cuánto llevaba haciendo esto, y realmente así era mejor. Entonces, zigzagueando entre las rocas, entre hojas y ramas caídas, me detuve. «Ian», pensé. Podía sentir su presencia. Al levantar la vista, lo vi; estaba de pie, a siete metros de mi, mirándome como sólo él lo hacía.
Rápidamente y sin volverlo a pensar, corrí hacia él, arrojándome en sus brazos al tiempo que el comenzaba a acariciar mi cabello. No recordaba la última vez que lo había visto; y ciertamente mi punto de locación no era de gran ayuda, pero era necesario.
Vivía en estas ruinas lejanas, precisamente para alejarme. No quería contacto con el mundo exterior; o al menos no directo. Ian era la única persona de fuera que conocía este refugio, y el único a quien le permitíamos la entrada. Cuando venía, traía algunas cosas útiles para los niños o para emergencias; y, algunas veces, noticias de mi familia.
Dejar mi casa fue muy duro para mí, pero sentí que era mi única salida. Me contenté con terminar el bachillerato, y entonces partí hacia un lugar en donde no pudieran encontrarme. En mi memoria, aún guardo aquél viaje...
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Entre ruinas y secretos
FantasyEntre las profundidades de un bosque remoto, cerca de unas ruinas en apariencia deshabitadas, se esconden muchos secretos. Nissanit, una joven que escapó de casa, se interna en él, encontrando algunas sorpresas por el camino. La primera de ellas es...