Fragmentos de Justicia

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En la Sala de conferencias en la Agencia de Héroes. Los héroes, alumnos y policías se reúnen para discutir el asesinato del miembro de la comisión y los recientes avistamientos de la Liga de Villanos.

El ambiente en la sala era tenso. El héroe número uno, Enji Todoroki, se encontraba al frente, con los brazos cruzados y una expresión de seriedad que delataba la gravedad de la situación. A su lado, Dabi —su hijo, Touya— observaba con desdén, como si todo lo que se discutía no le importara en absoluto. Aizawa estaba de pie en un rincón, con la mirada fija en el suelo, como si quisiera atrapar los hilos de una trama compleja que se le escapaba.

— Según la información que tenemos —comenzó Enji, su voz resonando con firmeza—, el asesinato del miembro de la comisión fue obra de la Liga de Villanos. Todo apunta a que fue un acto de venganza.

— ¿Venganza? —preguntó Bakugo, frunciendo el ceño mientras se cruzaba de brazos—. Eso suena a una excusa barata. Seguro lo mataron porque sí. No tienen ni un poco de compasión.

— No estamos seguros de sus motivos reales aún —respondió Aizawa, mientras se acercaba al frente, frotándose la barbilla—. Pero lo que sí sabemos es que este no fue un asesinato al azar. La Liga no mata sin una razón, aunque esa razón no siempre sea fácil de entender para nosotros.

Los alumnos de la Dekusquad, Izuku, Uraraka e Iida intercambiaron miradas nerviosas. Izuku levantó la mano tímidamente antes de hablar.

— ¿No creen que podría haber algo más detrás de esto? —preguntó, su voz llena de cautela—. La Liga ha estado actuando de manera más... organizada últimamente. Si mataron a alguien de la comisión, quizás sea parte de un plan más grande.

— Eso es lo que nos preocupa —intervino un oficial de policía que había estado escuchando con atención—. No podemos descartar la posibilidad de que estén moviéndose con un propósito más allá de lo evidente. Han sido vistos actuando de forma más calculada.

Bakugo chasqueó la lengua, irritado por la falta de acción concreta.

— ¿Y cuál es el maldito objetivo? —dijo, su frustración evidente—. Porque si están matando a miembros de la comisión, no me parece que solo estén jugando. ¡Están tramando algo!

Enji asintió, comprendiendo la preocupación de su equipo.

— El asesinato podría estar relacionado con algo más grande —continuó—. Pero no podemos movernos sin más información. La Liga tiene un patrón. No es la primera vez que exponen a un héroe corrupto, pero esta vez... lo hicieron con sangre.

Dabi, que había permanecido en silencio, finalmente habló, su tono despreocupado, aunque sus ojos brillaban con una intensidad difícil de descifrar.

— No tengo idea de qué hacen esos tipos —dijo con desdén—. Nunca me he involucrado con ellos. Si quieren hacer ruido, allá ellos. Pero no me involucren en sus problemas.

El silencio que siguió fue pesado. Los demás miraron a Dabi, sorprendidos por su indiferencia.

— Eres un héroe, es tu deber hacerte cargo de esto —dijo Aizawa, con un tono serio — Comportate como tal.

Bakugo, sintiendo que la frustración se apoderaba de él, se giró hacia Dabi.

— ¡Eres un idiota! ¡Ese tipo murió y tú solo te sientas aquí como si no te importara! ¿Acaso no te importa nada de lo que pase?

Dabi lo miró con una mezcla de aburrimiento y desafío.

— ¿Y a mí qué? No soy su niñera. Si esos tipos querían hacer un espectáculo, es su problema, no el mío.

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