Noche de Invierno [Neptune x Uranus]

08

Chapter Eight

Turquesa...

Neptuno ama esos ojos color turquesa del mayor.

Fue lo primero y unico que lo cautivo desde el primer momento, esos ojos brillantes y soñadores, algo majestuoso a su mirar. Admite que si fuera un maniatico como su hermano mayor ya tendria esos ojos turquesas en sus manos sin importar que fuesen manchadas de sangre.

Pero algo lo detenia de hacer una locura.

Que el dueño de esos ojos hermosos no era nadie mas que su querida estrella brillante. Su Urano.

Admitia que desde el inicio jamas le importo la presencia del de cabellos cyan; simplemente se acerco a el por simple curiosidad. A decir verdad, no se arrepiente.

Miraba como las largas pestañas del de cabellos cyan eran manchadas por liquido rojo, cerrando uno de sus ojos a causa de esto. El rostro de temor que el mayor tenia, revelaba el panico que tenia al sentir como su sangre resbalaba de manera rapida, manchando su rostro con esta.

-¿¡Urano?! -Exclamo preocupado el nombre de su amigo, acercandose de manera rapida a este y tomo entre sus manos el rostro palido del contrario, manchandose de la sangre del contrario.

-Nep... -Solto en un pequeño hilo de voz, sus piernas flaquearon y el panico aumentaba, sus ojos se comenzaron a humedecer por las lagrimas-, Nep...Tuno.. -Murmuro.

Una inexplicable ira inundo el cuerpo del moreno, sabiendo quien es el causante de los daños de su estrella, su angel. Pero lo unico que pudo hacer fue soltar un largo suspiro y lo abrazo. Era casi la media noche y hacia un frio terrible, ¿como se le ocurria a ese tipo dejar a su hijo fuera?

No lo penso dos veces y hizo que Urano entrara a su hogar, Nibirus no se encontraba esa noche, y lo agradecia rotundamente.

-Nep no debes.. -Murmuro avergonzado el joven de piel palida, rascando su mejilla. El moreno terminaba de vendar sus manos y lo observo fijamente, observando el unico ojo que no estaba lastimado, acerco su mano y acaricio sus pomulos.

-Me gustan tus ojos... son como ver el cielo a travez de ellos, un cielo que libera tus penas y pecados.. -murmura, sin despegar su mirada del contrario. Algo que pareceria y se tomaria como normal ya que Neptuno aun seguia siendo un niño o no de trece años. Observo el brillo no tan notorio de esos ojos, como un zafiro brillante.

Como le gustaria tenerlos como una colección...

No.

La risa de Urano hizo que parpadeara varias veces. Una bella melodia para sus oidos, todo del contrario era perfecto; Urano para sus ojos era alguien fragil, una muñeca de porcelana que debia cuidar con demasiado cuidado; con solamente el temor de romperlo en varios pedazos. Algo que deslumbro de forma peligrosa su vida al momento de aparecer como su fuera la unica pieza para sentirse completo.

Jamas seria capaz de lastimar a Urano. Se lamentaria toda su vida si lo hiciera.

•❄🧊•

-¿¡Que ocurre contigo Nep?! ¡Te dije que te detuvieras! -Urano sostenia al moreno por su chaqueta, sacudiendolo. Era notable su panico. Por su parte Neptuno mantenia una mirada fria, como si no le importara en absoluto lo que el contrario le decia.