Felix estaba sentado en su escritorio, intentando concentrarse en su tarea, pero el rugido de su estómago lo traicionó. Suspiró con frustración, dejando caer el lápiz sobre el cuaderno y apoyando la cabeza en sus brazos. "No puedo seguir así", pensó, sabiendo que la necesidad de comida ya no lo dejaría tranquilo.
Se levantó de su silla con un bufido y fue directamente a la cocina, buscando lo único que podía calmar su hambre sin mucho esfuerzo: ramen instantáneo. Abrió la despensa con la esperanza de encontrar un paquete, pero sus ojos se encontraron con el vacío. Frunció el ceño. "¿No queda ni uno?" murmuró, buscando desesperadamente entre las estanterías vacías.
Justo cuando estaba considerando qué más podría comer, sus ojos captaron algo desde la sala de estar. Changbin. Estaba cómodamente sentado en el sofá, con los pies sobre la mesa de centro y un cuenco de ramen en las manos. Su último ramen. La sorpresa y el enfado golpearon a Felix al mismo tiempo.
Se acercó rápidamente, cruzando los brazos y mirando a su hermano con una expresión ofendida. “¿De verdad, Changbin? ¡Ese era mi último ramen!”
Changbin ni siquiera apartó la mirada del televisor. “Oh, lo siento, no me di cuenta,” dijo con total despreocupación, sorbiendo un poco más del caldo. “Deja de llorar por eso. Ve y compra otro si tienes tanta hambre.”
La indiferencia de su hermano solo enfureció más a Felix, que lo fulminó con la mirada. “¡Es que era el último! Tú siempre te comes todo lo que hay en la casa y yo soy el que tiene que ir a comprar.”
Changbin simplemente se encogió de hombros, dándole una mirada rápida antes de volver a su programa. “Bueno, bunny, si quieres ramen, te toca moverte. No es para tanto.”
Aún refunfuñando por lo bajo, salió de su casa sin molestarse en cambiar su pijama enterizo de conejo: un atuendo suave de felpa gris, con orejas largas en la capucha. Además, metió sus pies en sus pantuflas de conejo, que hacían juego con su pijama. Las largas orejitas se balanceaban con cada paso que daba.
“¿Por qué siempre me pasa esto?” murmuró, caminando por la calle en dirección a la tienda de conveniencia más cercana. El aire fresco de la noche le rozaba las mejillas, pero la suave tela del pijama lo mantenía cálido. Aunque estaba molesto, no podía evitar sentirse un poco ridículo, caminando así con sus pantuflas esponjosas y su pijama de orejas de conejo.
La calle estaba tranquila, con algunas hojas secas arrastradas por el viento, y las luces de la tienda de conveniencia titilaban a lo lejos. A medida que se acercaba, se dio cuenta de que algunas personas lo miraban con curiosidad, pero él simplemente se encogió más dentro de su capucha. Aunque estaba claramente molesto, su apariencia tierna y su caminar apresurado lo hacían ver más adorable que enfadado.
Finalmente, llegó a la tienda. El brillo de las luces fluorescentes iluminaba el pequeño espacio, y el sonido del timbre cuando abrió la puerta hizo que el dependiente lo mirara con una sonrisa. Felix, sin embargo, estaba concentrado en su misión. Caminó directo al pasillo de fideos instantáneos y agarró dos paquetes, asegurándose de que esta vez no se quedaría sin ramen.
Hyunjin salía de la universidad con una sensación de agotamiento aplastante. El día había sido un desastre desde el principio. La mañana comenzó con un debate acalorado en clase de derecho constitucional, donde su profesor, un hombre terco y con años de experiencia, lo había confrontado en cada punto que intentaba exponer. Aunque normalmente le gustaba el reto intelectual, hoy se sentía más como un ataque personal. Además, uno de sus compañeros de grupo para un proyecto había decidido, de nuevo, no cumplir con su parte del trabajo, lo que significaba más carga para él.
Con un suspiro, el alfa se subió a su auto, dejando que la familiaridad del volante y el suave murmullo del motor lo tranquilizaran un poco. Conducía a través de las iluminadas y siempre vibrantes calles de Seúl, tratando de despejar su mente. Sin embargo, su mente seguía dándole vueltas a la conversación que había tenido con su tutor sobre el complicado caso que debía analizar. Parecía que, cuanto más se adentraba en la carrera de derecho, más notaba las sutilezas, y el estrés constante lo estaba agotando.
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Accidentally In Love! (hyunlix-jeongbin)
FanfictionLos años pasaron, los niños crecieron y ahora están listos para vivir su propia historia de amor. Spin-off de "Accidentally Dad!" ¿Podrá Felix encontrar su lugar en Seúl? ¿Logrará Hyunjin dejar su actitud fría para adaptarse a la dulce personalidad...