La envidia interminable

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Cada día que veía a Andrés me hervía la sangre, no le soportaba, tantas de sus gilipolleces no se podían aguantar.

Por primera vez en siglos, hice de tripas corazón y fui a buscar a Martina.

Allí la vi, entrenando karate con su bandana de Cobra Kai.

Martina, ¿Martina? ¡Martina! ¡Coño! ¿Me oyes?

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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