Días después de su primera visita a la tienda de flores, Heeseung estaba en su escritorio, revisando informes que no aportaban en nada nuevo. El caso se enfriaba y la falta de casos lo abrumaba. Estaba a punto de rendirse, cuando la puerta de la comisaria se abrió.
Un repartidor entró con una caja de flores en los brazos. El aroma de rosas lo golpeó inmediatamente. Heeseung levantó la vista y frunció el ceño extrañado.
—¿Un pedido de flores?—preguntó en voz alta, más para si mismo.
—¿Detective Lee?—el repartidor leyó el nombre en una nota adjunta a la caja—Esto es para usted.
Heeseung se levantó y caminó hasta el mostrador. Al abrir la caja, sus ojos se encontraron con una docena de rosas rojas, idénticas a las que habían sido encontradas al escena de crimen. El corazón le dio un vuelco. Sin perder el tiempo, buscó una tarjeta dentro de la caja y leyó las palabras escritas con caligrafía limpia.
''Un regalo, para recordarte lo frágil que es la vida.—S''
Heeseung apretó la mandíbula. ''S''. ¿Sunghoon? Su mente inmediatamente lo llevó hacia el florista. Sin pensarlo dos veces, tomó su abrigo y se dirigió de vuelta a la tienda.
La campanilla sonó cuando Heeseung entró a la tienda por segunda vez en la semana. Esta vez no estaba solo, traía consigo una mezcla de sospecha y algo que no quería admitir.
Sunghoon estaba como la primera vez, ocupado arreglando otro ramo. Al escuchar el sonido de la puerta, levantó la vista y sonrió suavemente al reconocer al detective.
—Detective Lee... que sorpresa verte de nuevo tan pronto—su tono era cortés, peor había un ligero brillo en sus ojos lo que hizo que Heeseung se pusiera en alerta.
—¿Me envistes esto?—dijo Heeseung sin rodeos, levantando la tarjeta. Sus ojos no se apartaban de Sunghoon, buscando cualquier inicio de nerviosismo.
Sunghoon ladeó la cabeza, fingiendo sorpresa.
—¿Flores?—dijo suavemente—¿Yo? Oh, detective, no suelo hacer envíos tan... personales—su voz era un susurro casi seductor.
Heeseung dió un paso adelante frustrado.
—No juegues conmigo, Park Sunghoon. Estas rosas... son idénticas a las que encontramos en los cuerpos.
Sunghoon lo observó detenidamente, sus labios curvándose en una sonrisa. Dio un paso hacia el detective, acercándose lo suficiente como para que el detective sienta su presencia.
—¿Que intentas decir?—preguntó Sunghoon en voz baja.
Heeseung tragó saliva. Había algo en la cercanía de Sunghoon que lo ponía nervioso. Sus sospechas seguían presentes, pero ahora se mezclaban con... deseo.
Sunghoon se inclinó ligeramente acercándose aún mas a Heeseung.
—No tengo nada que ocultar, detective. Si te gustan las flores... siempre puedes volver.—dijo dándole otra vez de esas sonrisas que lo ponía tenso.
—No me vengas con esa sonrisa. Sabes muy bien porque estoy aquí.
—¿De verdad, detective? ¿Y que crees que estoy haciendo?
¿Por que estaba tan calmado?, pensó Heeseung. ¿Por que esa maldita sonrisa no se desvanecía nunca?
—Las flores... los cuerpos. Todo apunta a alguien como tú. Alguien que trabaja con rosas. ¿Que mejor escondite para un asesino en serie que ser un florista?—su voz se volvió más agresiva.
Aún sosteniendo la rosa, Sunghoon sonrió, la levantó y la giro entre sus dedos.
—Interesante teoría, detective—respondió—Pero parece que no tiene pruebas, solo suposiciones—levantó la rosa hacia el detective—¿Por que no tomas esta? Te vendría bien algo de color.
Heeseung miró la rosa, pero no la tomo.
—No necesito tus flores—escupió Heeseung retrocediendo unos pasos atrás—Lo que necesito es verdad. Sabemos que estás relacionado con los asesinatos, Sunghoon.
Sunghoon soltó una risa suave, una que retumbo en los oídos de Heeseung, una provocación.
—Es curioso, porque parece que eres tú quién no puede dejar de volver aquí. Una y otra vez, buscando respuestas, o tal vez algo más.
—Basta, ya he visto como termina esto para nosotros—dijo con voz temblando—No te saldrás con la tuya.
—Me subestimas, detective—susurró—A veces, las respuestas están frente a ti, pero no te distraes con otras cosas.
Heeseung se quedó en su lugar, su instinto le decía que Sunghoon estaba involucrado, pero también sabía que sin pruebas no tenía nada.
—Nos volveremos a ver—dijo finalmente en un tono que apenas disimulaba su frustración.
—Lo espero con ansias—soltó Sunghoon con una sonrisa.
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𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐘 𝐃𝐄𝐒𝐄𝐎 𝙝𝙚𝙚𝙝𝙤𝙤𝙣
FanfictionHeeseung, un detective, está investigando una serie de asesinatos donde las víctimas aparecen con una rosa en la garganta. En medio de su búsqueda, conoce a Sunghoon, un intrigante florista cuya presencia lo atrae de manera peligrosa. ¿Podrá Heeseu...