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Lisa observó con atención el vecindario por el que se encontraba caminando. Era tranquilo, habían niños jugando en los patios delanteros de las casas y otros, se encontraban jugando al fútbol en la calle. Una acción bastante peligrosa según Lisa, ¿Pero quién era ella para juzgar? No era la madre de esos pequeños.

Miró si celular por tercera vez, se supone que a la vuelta de la esquina donde se encontraba, estaba ubicado el departamento que había estado observando con atención cada vez que volvía de trabajar, y no dudó en contactarse con el dueño cuando vio el letrero de que uno estaba en alquiler.

El edificio era grande. Logró divisarlo bien cuando dio vuelta la esquina. Se podía ver que tenía un estacionamiento subterráneo, y había un portero afuera. Caminó con su celular ya apagado, mientras lo guardaba en su bolso, sonreía como boba por cada paso que daba.

Al llegar, el portero le pidió su identificación o número de edificio al que iba.

- Recepción. Vengo a charlar con el dueño -Lisa le sonrió amablemente.

El chico de uniforme negro, la dejó pasar y le indicó en donde esperar. Lisa sintió el golpe de temperatura, afuera estaba helado, allí dentro, estaba caliente, al parecer no se habían dado cuenta de que la calefacción estaba muy alta. Miró a su alrededor, las flores de decoración le parecieron encantadoras. Se sentó en el sofá y miró su celular, había llegado cinco minutos antes del horario acordado.

Al cabo de unos minutos, una puerta, la única que estaba allí en recepción, se abrió, dejando ver a un hombre de camisa negra con un pantalón negro también. Lisa se puso de pie cuando esté la observó atento.

- ¿Usted es Lisa Manoban?

La pelinegra asintió sonriéndole.

- Un gusto, soy el encargado, venga, pase.

Lisa hizo caso a lo pedido. Ingresó a la oficina y se sentó en la silla giratoria que el muchacho le había indicado. El escritorio que los dividia tenía una computadora y unos folletos.

- Es un gusto conocerte -estrecharon sus manos-. Mi nombre es NamJoon, Kim NamJoon para ser más específicos. Soy el hijo del propietario de este edificio, ¿Me quieres comentar porque motivo estás buscando un alquiler? ¿Tienes hijos? ¿Alguna mascota?

Lisa le sonrió antes de empezar a charlar.

- También es un gusto para mí conocerlo -cruzó sus piernas y apoyó sus manos en la rodilla elevada-. Estoy buscando un lugar acogedor, que me puedan asegurar seguridad todo el momento. No tengo compromisos, soy una mujer soltera y trabajadora. Actualmente no tengo mascotas, pero tengo planeado en adoptar un gatito en algún momento, espero que ese no sea un inconveniente para poder firmar el contrato.

NamJoon asintió, escuchándola atento.

- Primero. No me trates de usted, por lo visto tenemos la misma edad, no me gusta mucho charlar de manera formal -ambos rieron-. Mira, Lisa. Nosotros no tenemos ningún problema con que los inquilinos tengan animales, siempre y cuándo se respeten las normas. Si vas a llevarlo al jardín comunitario que tenemos, tienes que llevarlo con su correa, collar y una bolsita para recoger sus necesidades, la orina es algo que no se puede levantar con una bolsa -rió-. Pero lo demás sí.

Lisa asintió.

- ¿Que es lo que estás buscando? ¿Una o dos habitaciones?

- Una. -respondió segura-. Que sea grande. Me gustan los espacios grandes.

NamJoon le sonrió, mirando su computador.

- Mira -le tendió un folleto-. Allí se ven, en este momento solo hay un departamento disponible, está en el tercer piso, ¿Gustas ir a verlo?

La pelinegra asintió sonriente, mientras miraba las fotos del departamento que estaban en ese folleto. Ambos salieron de la oficina, NamJoon dejó que ella ingresará primero al elevador y cuando llegaron al tercer piso, él la guió hacia el número del departamento que estaba vacío.

- Tercero A -le indicó, mientras Lisa miraba las puertas. Cuando llegaron a la puerta que tenía el grabado 3A, NamJoon introducio la llave y la dejó entrar.

El departamento era amplio, no como a Lisa le gustaría, pero si lo suficiente para poder tener a más de seis personas allí. La habitación también era grande, contaba con dos baños. Uno en la habitación, otro en el pasillo que la llevaba al lavadero. La cocina tenía el comedor allí, era dos en uno, sin embargo, cómodo. Había una aislera que separaba esos dos con la sala. Y ni hablar del gran ventanal corredizo que le daba espacio al balcón, uno grande también, que le permitiría poner una mesita y almorzar tranquila.

Sonrió, el ambiente le gustaba. Las paredes eran grises, la de su habitación era azul, sin embargo, le gustaba los contrastes. Asintió al último cuando observó que todo estaba en perfectas condiciones, podría traer todo lo que tenía en su casa y tendría espacio, lo demás lo vendería.

- ¿Que te parece? -Namjoon le miró curioso.

- Es un lugar bello -Lisa iba y venía, observando, husmeando-. Antes de que me lo ganen, quiero que firmemos el contrato.

- ¡Excelente! -Nam le sonrió emocionado-. No sabes, hace dos días vino una señora y me quizo matar por el precio del alquiler, ¿No tienes problema con eso?

Lisa negó.

- Tengo para depositar el primer depósito y las expensas.

- Entonces, genial.

Volvieron a la recepción, NamJoon le hizo firmar los contratos, el departamento sería alquilado por Lisa durante dos años, luego, podrían volver a renovarlo si ella lo deseaba. Lisa dejó su boleta de sueldo y el depósito requerido. Nam le entregó las llaves cuando ya todo estaba arreglado.

- Esto es tuyo -le entregó el contrario-. Guardalo.

- Muchas gracias -Lisa le sonrió.

- De nada. Cualquier cosita, la recepción siempre estará predispuesta a atenderte, tenemos estacionamiento subterráneo, nadie más allá de los inquilinos pueden ingresar. Y bueno, aquí no entra otra persona que no sea el inquilino, puedes traer amigos, tienes que avisarle al portero, sino puedes bajar a recibirlos tu.

Lisa asintió escuchándola atenta.

- ¿Algo más que quieras saber?

La pelinegra negó.

- Ah, otra cosa -Nam le sonrió-. En el departamento 3B, tenemos un licenciado de medicina, si requieres de alguna urgencia, puedes ir a buscarlo.

Lisa se quedó en silencio, mirándolo con atención. Quería preguntarle si el licenciado era Jeon, sin embargo, aguardó silencio.

- Gracias, nuevamente.

- A ti, Lisa.

Se despidieron. Lisa miró a la chica que estaba detrás del escritorio de recepción y le sonrió. Cuando estaba por salir, la cabellera negra se le cruzó, chocandola sin querer. Lisa soltó un quejido. Aún le dolía la caída de ayer. Se miraron fijamente, Jeon le sonrió ladino.

- Manoban, que sorpresa.

Lisa exhaló. ¿Jeon se acordaba de su apellido?

- Hola. -respondió sin expresión.

- ¿Que te trae por aquí? -consultó curioso. Sonriéndole.

- Serán vecinos -agregó la chica de recepción.

Jungkook desvió su vista a Lisa. Ya que se había dado vuelta a mirar a la recepcionista. Asintió con la cabeza, sonriéndole, en ningún momento dejó de sonreír.

- Te veré más seguido, entonces.

- Eso creo.

- Me alegra, entonces -agregó, llevando su mano a la de Lisa y la estrechó-. Cualquier cosita, soy del departamento 3B.

La pelinegra asintió.

- Que tengas un lindo día.

Y se fue, dejándola ahí, mirando a un punto fijo y con el corazón saliéndole del pecho. ¿Que mierda había sido eso?

Heal | jjkk ;; lsmn ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora