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16

La primera parada de Jungkook, fue la farmacia. Ahí compraron la pastilla del día después y Lisa la tomó sin inconvenientes alguno. Después de ello, volvieron a subir al auto y viajaron ya tranquilos hacia el shopping. El día estaba algo caluroso, ideal para salir a comer o viajar con amigos por la carretera. Mientras Jungkook manejaba y pensaba en donde estacionar, Lisa miraba el camino con mucha atención.

Diciembre era la temporada más llamativa y la cual atraía más turistas. No tan solo por navidad y año nuevo, sino que, en diciembre, abrían los parques acuáticos debido al calor y también consigo, traían atracciones como la vuelta al mundo, el carrusel, las montañas rusas y otras más. El parque era inmenso y todos querían venir a conocerlo, incluyendo gente de otros países o continentes. Lisa adoraba ese mes, pero en estos momentos, lo estaba detestando porque el tráfico era terrible.

Después de veinte minutos de viaje, buscando estacionamiento vacío o algún lugar para aparcar, Jungkook encontró un espacio libre y bajaron a caminar por el shopping sin tanto problema. Lisa, cada tanto miraba su teléfono esperando un mensaje de Bang Chan o de Jennie, habían quedado en juntarse en la noche a ver una película mientras comían pizza, lo peor de todo, es que aparte de no haberles confirmado si seguía el plan en pie; Jennie aún no le daba señales de vida.

— ¿Y Jennie? —consultó en voz alta, logrando que Jungkook la mirase.

— Me dijo que podía venir a buscarte en su lugar —koo respondió con naturalidad, sin pelos en la lengua. Caminaba con las manos dentro de los bolsillos delanteros de su jean negro.

— ¿Qué? —a veces olvidaba que solía pensar en voz alta—. Lo siento, estaba pensando... Pero, ¿Cómo es eso? ¿En que momento te dijo que podías venir por mí?

Koo fue deteniendo sus pasos, dejaron de caminar rápido y de repente, iban al ritmo de una pareja enamorada, esas que no querían despedirse al llegar a la casa del otro entonces caminaban lento.

— Es que —el pelinegro, le sonrió rascándose esta vez la nuca—. Le comenté a Jennie que quería sacarte a una cita y me dijo que te distraiga porque te tiene una sorpresa.

Lisa lo miró sin entender, tenía mucha información ya en su cabeza.

— ¿Una sorpresa? ¿Por qué? Si no hice nada novedoso durante la semana. —lo soltó con una naturaleza que le generó un sentimiento de angustia a Jungkook, pero el pelinegro en vez de callar, prefirió hablarlo.

— ¿Y es necesario hacer algo novedoso para recibir una sorpresa? —no sonó tosco ni grosero. Lisa lo miró a los ojos, Jungkook emanaba una calidad muy linda.

— No se... Estoy acostumbrada a que me hagan ese tipo de sorpresas solo cuando hago algo bien. Por ejemplo, ingresar al studio, Bang festejó conmigo esa noche en el antro, cuando ingresé a la empresa como secretaria del ceo, Jennie me invitó a cenar y después salimos a un antro. No lo sé... Igual que cuando me separé, lo celebramos con mis amigas.

Ahora, quién procesaba mucha información era Jungkook.

— ¿Estuviste juntada? —el chico alzó la ceja.

— Creo que no es el lugar para contarlo —Lisa le tomó el brazo y lo abrazó al sentir como la gente la pechaba para pasar—. Podríamos charlarlo después, no tengo problema en contártelo.

Kook asintió con la cabeza, sonriéndole sin mostrarle los dientes. Miraron vidrieras juntos, Jungkook escogió algo de ropa con ayuda de Lisa, aún que él ya tenía un gusto definido, se dejó llevar por los comentarios de Lisa y tomó prendas que según ella; él se lograba lucir mucho mejor. Al peligro le gustaba mucho los jeans ajustados, las camisas o camisolas anchas, de una o dos talles más que las que solía usar en realidad. De ropa deportiva amaba todo, desde los short hasta las camisetas que eran entalladas, le gustaba presumir que tenía un lindo físico, aún que no le gustaba ser tocado por cualquier persona, incluso, se atrevería a decir que por ninguna al menos que llegasen a ganar su confianza o llamar su interés.