Sinopsis

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El aire en la iglesia siempre está impregnado de un extraño aroma a incienso y sombras. Cada rincón parece guardar secretos, y las largas horas que paso aquí se entrelazan con la sensación de opresión que a veces ahoga mis pensamientos.

Las normas son rígidas, marcadas por aquellos que se sientan en los altos estrados, pero a menudo siento que las verdaderas reglas son las que no se verbalizan, las que flotan en el aire como alas de un murciélago al acecho.

Sé que no debería estar aquí, que este lugar, a pesar de sus momentos de belleza, se ha convertido en un laberinto de misterio y oscuros secretos. Las monjas y los miembros de la iglesia mantienen su autoridad, pero detrás de sus sonrisas superficiales, puedo ver la tensión. A veces, escucho murmullos a través de las paredes, ecos de advertencias y promesas rotas que me hacen estremecer.

Pero, entre todas estas sombras y susurros, él aparece como una explosión de inquietud en mi vida. Su presencia es como la electricidad en el aire, tan potente que me atrae y me recuerda a la vez el peligro que supone. Su mirada es intensa y enigmática, como si pudiera ver a través de mí y revelar mis miedos más profundos. Hay un aire de maldad que lo envuelve, una oscuridad que se nota en la forma en que sonríe, como si conociera secretos que nadie más imagina.

Me pregunto si también él siente la carga de este lugar, la manera en que las reglas se rompen y vuelven a formarse, como si la iglesia estuviera viva, respira, y cada uno de nosotros fuera solo un pequeño engranaje en su maquinaria oscura.

A menudo lo encuentro refugiado en rincones oscuros, con ese aire de misterio que envuelve su ser. Me fascina observarlo, cómo juega con las sombras, cómo provoca la oscuridad que se cierne sobre nosotros. A pesar de la advertencia que su mirada me transmite, siento que también hay un anhelo, una conexión inexplicable que nos une en este laberinto de soledad.

A veces, me pregunto si, como yo, se siente atrapado. Si su mirada oscura es solo un reflejo de las tormentas internas que enfrenta. Pero cada vez que me acerco, una parte de mí se estremece, y mi impulso de acercarme se enfrenta a la advertencia de mantener la distancia.

Samael Donde viven las historias. Descúbrelo ahora