la mujer mas fuerte (baki x Oc)

capítulo 5

Vida Cotidiana y un Encuentro Fortuito

La vida cotidiana de Vaiolet era una mezcla de entrenamiento y el cuidado de su pastelería. Durante el día, su pequeña tienda se llenaba de dulces aromas que provenían de sus creaciones. El chocolate, su favorito, siempre ocupaba un lugar especial en su menú. Sin embargo, las tardes eran su tiempo para entrenar, y la noche traía la oportunidad de probar sus habilidades en peleas amistosas.

Un día, mientras organizaba su tienda, notó a una joven que entraba. Era Kozue, una chica de su edad que solía venir a comprar postres. Tenía una personalidad vivaz y una sonrisa contagiosa que iluminaba el lugar. “¡Hola, Vaiolet! ¿Tienes algo nuevo hoy?” preguntó, mientras examinaba las vitrinas.

“Sí, he hecho algunas galletas de chocolate con relleno de crema”, respondió Vaiolet, intentando mantener su timidez a raya. Kozue probó una galleta y sus ojos se iluminaron. “¡Deliciosas! Deberías participar en el concurso de repostería de este año”.

Vaiolet sonrió, agradecida por el cumplido, pero en el fondo sabía que no tenía tiempo para competir. Su mente siempre estaba en el entrenamiento y la superación. Sin embargo, Kozue continuó animándola. “Además, hay un premio muy interesante: un viaje a un lugar de combate famoso”, añadió, lo que hizo que el interés de Vaiolet aumentara.

Al salir de la tienda, Vaiolet notó que Kozue se detuvo y miró a un grupo de chicos que estaban cerca, practicando sus habilidades de lucha. “¿Te imaginas ser tan fuerte como ellos algún día?”, dijo Kozue, un poco de admiración en su voz.

Vaiolet, que se había acercado a la puerta, se detuvo al escuchar esas palabras. “Lo soy”, respondió con determinación, aunque en su interior sentía una mezcla de emoción y competitividad. Sin embargo, en lugar de sentirse desafiada, la idea de ser fuerte y capaz se convirtió en un punto de orgullo.

Mientras ambas charlaban, un chico se acercó al grupo de luchadores. Era Baki Hanma, conocido por su increíble habilidad y su carisma. Vaiolet sintió un ligero escalofrío al verlo, admirando su forma de entrenar. “Él es increíble”, susurró Kozue, sus ojos brillando de admiración. “Dicen que es el mejor en este barrio”.

Ambas chicas se quedaron observándolo, sorprendidas por su destreza. Sin que lo supieran, su admiración por Baki comenzaría a sembrar las semillas de una rivalidad silenciosa en el futuro, pero en ese momento, solo compartían un instante de asombro y emoción.

Tras despedirse, Vaiolet se quedó pensando en lo que había dicho Kozue sobre el concurso de repostería. La idea de competir le hizo sentir una chispa de emoción. Esa noche, mientras se preparaba para dormir, reflexionó sobre su encuentro con Kozue y la imagen de Baki seguía dándole vueltas en la mente. La idea de tener una amiga con la que compartir sueños y, sin saberlo, una atracción por el mismo chico, llenaba su corazón de esperanza y expectativa.

A medida que su vida continuaba, entre risas, dulces y peleas, un futuro lleno de desafíos, amistades y quizás incluso complicaciones románticas aguardaba en el horizonte, haciendo que Vaiolet se sintiera más viva que nunca.