capítulo 6

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### : Reflejos de Inseguridad

Era una mañana común en la vida de Vaiolet. Se despertó con el sonido del despertador sonando, la luz del sol filtrándose a través de las cortinas de su apartamento. La habitación era modesta, decorada con un estilo minimalista que reflejaba su personalidad. Al levantarse, se estiró y dejó caer su larga melena negra por sus hombros antes de dirigirse al baño.

Mientras se lavaba la cara, notó el espejo frente a ella. Tomando un respiro profundo, decidió que era hora de desvestirse y examinar su cuerpo. Se quito lentamente el suéter negro que usaba, uno grande que caía por debajo de sus caderas y que solía ocultar su figura. Se miró detenidamente en el espejo, dejando al descubierto sus curvas. Su abdomen, bien formado, mostraba una marcada cintura, mientras que sus caderas eran anchas y sus pechos un poco grandes. Detrás de ella, su trasero redondo y carnoso se veía firme.

Sin embargo, a pesar de estas características que la mayoría de las personas considerarían atractivas, una sensación de inseguridad se apoderó de ella. “¿Por qué me siento gorda?”, pensó, sintiendo cómo esas ideas comenzaban a nublar su mente. No importaba cuántas veces escuchara elogios sobre su figura, en el fondo, siempre había una voz crítica en su interior que no podía silenciar. La imagen reflejada no era la que ella deseaba ver; en su mente, siempre había espacio para mejorar.

La inseguridad era una sombra constante en su vida, así que, al vestirse, eligió una vez más el suéter oversized, que ocultaba su figura y le brindaba una sensación de seguridad. Su ropa, ancha y holgada, se había convertido en su refugio, una forma de protegerse del juicio de los demás. Aunque su atuendo era cómodo, a menudo deseaba poder lucir algo más ajustado que resaltara su figura sin temor al juicio ajeno.

Colocándose los lentes sobre su nariz y ajustándose la máscara que cubría la mitad de su rostro, dejó al descubierto solo sus ojos violetas, los que reflejaban una mezcla de determinación y vulnerabilidad. Mientras miraba su reflejo, recordó las palabras de Yujiro, quien siempre le decía que la verdadera fuerza venía de aceptarse a uno mismo, de abrazar las imperfecciones y las inseguridades. Pero esas palabras, aunque valiosas, a menudo parecían más fáciles de decir que de hacer.

Finalmente, se puso una falda corta, que se veía casi escondida bajo el gran suéter, y unas medias negras. Completó su look con un par de tenis blancos, una elección que le permitía moverse con facilidad. Mientras salía de su apartamento, aún sintiéndose algo insegura, se dijo a sí misma que su día comenzaría con la oportunidad de entrenar y luchar contra esas dudas.

#Primer Amor, Primer Desamor

Era una tarde tranquila, y Vaiolet caminaba por las calles de su vecindario, disfrutando de la brisa fresca que acompañaba el final de una jornada de entrenamiento. Había pasado la mañana practicando sus patadas y movimientos, sintiéndose cada vez más segura en su piel. Sin embargo, a medida que caminaba, las dudas comenzaron a asomarse nuevamente.

De repente, un chico se acercó a ella. Era un joven de cabello castaño claro y ojos brillantes, que la saludó con una sonrisa. “Hola, soy Hiro. ¿Te gustaría dar un paseo?” La pregunta la tomó por sorpresa, pero una chispa de emoción la llenó. Nunca antes había tenido la oportunidad de conocer a alguien que la viera más allá de sus inseguridades.

Mientras caminaban, la conversación fluía con naturalidad. Hiro parecía encantado con su sentido del humor y su inteligencia. Vaiolet no podía evitar sonreír al darse cuenta de que sentía una conexión especial con él. A medida que pasaban los días, su relación se profundizó, y decidieron ser novios. Era su primera relación, y cada momento juntos se sentía como un pequeño sueño que estaba comenzando a hacerse realidad.

Sin embargo, a medida que la relación avanzaba, las palabras de Hiro comenzaron a tomar un giro inesperado. Aunque nunca había visto a Vaiolet sin su ropa holgada, él no dejaba de referirse a ella como “gorda”. “Eres tan linda, pero si te deshicieras de esas ropas grandes, tal vez te verías mejor”, le decía, con una sonrisa que a ella le resultaba incómoda.

Vaiolet intentaba ignorar esos comentarios, pensando que quizás él solo estaba bromeando. Sin embargo, a medida que pasaban los días, las palabras de Hiro comenzaron a calar hondo en su interior. A pesar de que había hecho un esfuerzo por ser más abierta y disfrutar de su compañía, las inseguridades que había estado intentando manejar comenzaron a resurgir con más fuerza. Se preguntaba si realmente era tan gorda y fea como él decía.

La relación duró cuatro meses, pero para Vaiolet, esos meses fueron una montaña rusa de emociones. Aunque disfrutaba de los momentos felices, los comentarios despectivos de Hiro empezaron a pesar más en su mente. Finalmente, una tarde, luego de una discusión sobre su apariencia, Hiro decidió que ya no quería seguir. “Lo siento, pero creo que eres demasiado insegura y necesitas trabajar en ti misma”, le dijo antes de dar por finalizada la relación.

La ruptura fue un golpe devastador para Vaiolet. Se sintió como si todo el progreso que había hecho en su autoaceptación se desmoronara en un instante. Se encerró en su habitación durante días, sintiendo la tristeza y la angustia apoderarse de ella. Era su primer desamor, y no sabía cómo manejarlo. Las lágrimas caían sin control mientras recordaba los momentos felices que ahora parecían tan lejanos.

En ese aislamiento, sus inseguridades se intensificaron. Comenzó a usar aún más ropa holgada, buscando esconderse de un mundo que la hacía sentir vulnerable. A cada paso que daba, la ansiedad la acompañaba, y cada encuentro con alguien nuevo se convertía en un desafío abrumador. Las palabras de Hiro resonaban en su mente, convirtiéndose en una especie de mantra que la seguía a todas partes: “Eres gorda. No eres suficiente”.

Vaiolet se volvió más cohibida en situaciones sociales, temiendo el juicio de los demás. Las sonrisas que antes le resultaban fáciles se convirtieron en gestos forzados, y cada vez que alguien la elogiaba, su mente rápidamente se llenaba de dudas. El entrenamiento que antes disfrutaba ahora se sentía como una carga, y las peleas amistosas se convirtieron en momentos de ansiedad en lugar de empoderamiento.

A pesar de todo, había una pequeña parte de ella que se negaba a rendirse. Sabía que debía encontrar una forma de superar esta tormenta emocional. Con el tiempo, decidió que no se dejaría vencer. Así, poco a poco, comenzó a salir de su caparazón, dándose cuenta de que, aunque el camino hacia la auto aceptación era difícil, no podía permitir que un amor fallido definiera quién era. Tenía que luchar por sí misma, no solo en la pelea, sino también en la vida.

Cuando se volvió a encontrar con Yujiro le contó todo lloran para desahogarse porsupuesto esto fu en parte un error porque al día siguiente ese tipo apareció casi muerto junto con toda su pandilla

Espero que les allá gustado ☺️☺️

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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