capítulo 3

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### Capítulo 7: La Prueba

La mañana del siguiente día, Vaiolet se despertó con un propósito renovado. Se miró en el espejo, sonriendo a la figura que le devolvía la mirada. —Hoy es el día, Shadow —le dijo a su gato, que se estiró perezosamente sobre la cama. —Voy a enfrentar a esos matones y defender a los chicos.

Antes de salir, recordó que tenía que prepararse para el entrenamiento con Yujiro. A pesar de su seriedad, había momentos en los que podían disfrutar de su tiempo juntos. En su corazón, sabía que Yujiro se preocupaba por ella, y esa conexión se sentía cada vez más fuerte.

Cuando llegó al parque, encontró a Yujiro esperando, con la mirada fija en el horizonte. —¿Listo para entrenar? —preguntó él, sin girarse.

—¡Por supuesto! —respondió Vaiolet, entusiasmada. Pero cuando intentó realizar un salto acrobático para acercarse a él, aterrizó torpemente, cayendo de espaldas al suelo.

Yujiro se volvió, arqueando una ceja. —Parece que te falta un poco de práctica en la entrada dramática.

—¡Era parte de mi estrategia! —dijo ella mientras se levantaba y se sacudía la tierra de la ropa. —Hay que sorprender al enemigo con movimientos inesperados.

### Momentos Cómicos

Yujiro soltó una risa baja. —Esa no es exactamente la sorpresa que esperaba. Vamos, empecemos con lo básico.

Se pusieron en posición de combate, y Yujiro le mostró algunos movimientos. Después de un par de rondas de entrenamiento, Vaiolet se sintió agotada pero satisfecha.

—¿Sabes qué necesitas? —dijo Yujiro, acercándose con una sonrisa burlona. —Necesitas una pequeña motivación.

—¿Qué quieres decir? —preguntó ella, confusa.

—Mira —dijo él, señalando hacia un árbol cercano donde había un pequeño grupo de gansos que parecían estar teniendo una reunión. —Si logras hacer que uno de esos gansos te siga, yo te compraré una bolsa de dulces de chocolate.

Vaiolet se rió. —¿En serio? ¿Dulces de chocolate? ¡Eso es fácil!

### La Misión del Ganso

Con una sonrisa decidida, Vaiolet se acercó a los gansos, haciendo un ruido ridículo que nunca pensó que haría. —¡Hola, amiguitos! ¡Ven aquí! —les dijo mientras se agachaba, moviendo los brazos como si intentara volar.

Los gansos, sorprendidos, la miraron con desdén, como si estuvieran cuestionando la inteligencia de la humana. Uno de ellos, claramente el líder, decidió que no era de su interés, y la ignoró. Vaiolet, sin rendirse, empezó a correr en círculos, tratando de atraer la atención de los gansos.

Yujiro se recargó contra un árbol, riendo a carcajadas. —Esto es mejor que cualquier programa de comedia.

—¡Cállate! —gritó Vaiolet, pero no pudo evitar reírse también.

Después de un par de intentos fallidos y un par de movimientos ridículos, finalmente un ganso decidió unirse a su juego. Vaiolet lo miró con sorpresa y alegría. —¡Mira, Yujiro, lo logré!

—¡Eso no es un ganso! ¡Eso es un pato! —gritó Yujiro entre risas.

—¡No importa! ¡Es un ave! —respondió Vaiolet, mientras el pato, ignorando todo sentido de autoridad, se acomodaba en su regazo.

### Un Entrenamiento Serio

Finalmente, después de varias risas y travesuras, Yujiro decidió que era hora de un entrenamiento más serio. —Vaiolet, tienes que recordar que la fuerza no solo viene del cuerpo, sino también de la mente. Hoy vamos a practicar concentración y técnica.

Vaiolet se tomó un momento, enfocándose. —Lo entiendo. Quiero ser fuerte para proteger a mis amigos.

Yujiro asintió. —Y eso es admirable, pero también debes aprender a canalizar tus emociones. Cuando sientas miedo o duda, usa eso como combustible.

—Como si fuera un superhéroe, ¿verdad? —Vaiolet sonrió, encontrando una conexión entre sus deseos y las historias de sus héroes favoritos.

—Exactamente. Ahora, demuestra lo que has aprendido.

### Enfrentando el Desafío

Con el entrenamiento a cuestas, Vaiolet se sintió lista para enfrentar a los matones. Reunió a Leo y a sus otros amigos en el parque, donde los chicos estaban siendo acosados. Se acercó a ellos, con la cabeza en alto y una mirada decidida.

—¡Ey, ustedes! —gritó Vaiolet, llamando la atención de los matones. —No tienen derecho a hacer esto.

Los matones la miraron con desdén, pero ella se mantuvo firme. En su interior, recordó cada palabra de Yujiro y cada momento de risas compartidas. Sabía que no estaba sola, que sus amigos estaban con ella.

—Si quieren pelear, tendrán que enfrentarse a mí —dijo, levantando el puño.

Uno de los matones, más grande y fuerte, se adelantó, sonriendo. —¿Qué vas a hacer, niña? ¿Darte un ataque de risa?

Vaiolet sonrió. —No, en realidad estoy pensando en cómo te voy a hacer volar como un ganso.

### El Combate

Con un grito de guerra, Vaiolet se lanzó hacia el matón, ejecutando un golpe rápido que lo sorprendió. El chico se tambaleó, mientras sus amigos miraban con asombro. El resto del grupo se unió a la pelea, pero esta vez, Vaiolet no estaba sola.

Leo y los otros niños comenzaron a defenderse, usando lo que habían aprendido de Vaiolet. En un giro cómico de eventos, uno de los matones tropezó con un pie de Leo y cayó de cara al suelo, causando que los demás se rieran.

Vaiolet, aprovechando la distracción, lanzó una patada giratoria que impactó en el estómago del chico que había comenzado la pelea. —Esto no es un juego, ¡y no subestimes a una chica fuerte!

### Conclusión del Enfrentamiento

Después de unos minutos de lucha, los matones decidieron que ya era suficiente. Se dieron la vuelta y se fueron, murmurando sobre lo "ridículos" que eran esos chicos. Vaiolet se sintió triunfante, y el grupo estalló en vítores.

—¡Lo hicimos! —gritó Leo, saltando de alegría.

Vaiolet sonrió, sintiendo que había logrado mucho más de lo que esperaba. Miró a sus amigos, dándose cuenta de que, gracias a su valentía y dedicación, habían formado una comunidad más unida.

Esa noche, se reunió con Yujiro para contarle sobre su éxito. Ella llegó corriendo al parque, emocionada, y cuando lo vio, no pudo evitar gritar. —¡Lo hice! ¡Los enfrenté y gané!

Yujiro la miró con una mezcla de orgullo y sorpresa. —¿Ganaste, eh? Así que mi entrenamiento no fue en vano.

—No, y ahora, ¿puedo tener mis dulces? —preguntó ella con una sonrisa traviesa.

### La Recompensa

—Bueno, parece que has demostrado tu valía. Ven, te invito a una bolsa de dulces de chocolate, pero con una condición —dijo él, tratando de mantener una expresión seria.

—¿Cuál? —Vaiolet arqueó una ceja, intrigada.

—Tendrás que compartirlos con el pato.

Ambos estallaron en risas mientras caminaban hacia la pastelería. Vaiolet se dio cuenta de que, aunque la vida podía ser dura, siempre habría momentos de risa, amistad y crecimiento. Con el apoyo de Yujiro y sus amigos, sabía que estaba en el camino correcto para convertirse en la protectora que siempre había querido ser.

Y Hasi estuve conviviendo con mi padre yujiro asta los 15 años el me estubo cuidando mucho y era muy sobre protector

Le asia probar mis experimentos que así con los dulces se que a el no le gustan pero aún así se los come lo cual me ase muy felíz

Espero que les guste 😃

la mujer mas fuerte (baki x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora