LLEGADA A NEW YORK

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Cuando salí del aeropuerto JFK, la brisa fresca de Nueva York me golpeó en el rostro. El ruido de los taxis, los autobuses y las personas que corrían en todas direcciones era abrumador. Bajé la mirada, viendo el poco presupuesto que tenía; sin duda, tendría que conseguir un trabajo ese mismo día si quería seguir durmiendo en el económico hotel en el que había realizado una reservación.

Miré el reloj viejo que tenía colgando en mi muñeca; eran la 1 de la tarde. Caminé por las calles de Nueva York, volteando a ver los locales en busca de alguna oportunidad de trabajo en algún restaurante o tienda, pregunté en varias ocasiones si buscaban empleados y recibiendo una respuesta negativa de ellos. La 1 se convirtió en 5; mis pies comenzaban a doler, así que me tomé un pequeño descanso en una banca cercana. Cuando me senté y veía a la gente salir de sus trabajos, otros saliendo con amigos, familia o parejas, me hacía preguntarme si algún día podría acoplarme a esta ajetreada ciudad. Mi hotel no estaba lejos de allí, pero no podía permitirme no conseguir trabajo ese día.

El cielo empezó a oscurecer, dando a conocer que ya eran las 8 de la noche, pero extrañamente la noche en esta ciudad era más ruidosa que su mañana. Restaurantes abiertos, antros, bares e incluso cafeterías; mi vista viajó a un bar en el que solicitaban personal. Aquel bar se llamaba "Velvet Lounge", que significaba "salón de terciopelo". Con su viejo teléfono, tomé una foto del cartel que mencionaba que solicitaban personal. Lennah tiró de la gran puerta negra, logrando percibir que el interior de aquel bar hacía honor a su nombre, ya que en el piso se admiraba una gran alfombra negra de terciopelo; las paredes tenían toques de rojo y negro que hacían aún más sofocante el ambiente, ya que la gente bailaba, tomaba y realizaba más cosas que provocaron que Lennah desviara su mirada con sus mejillas sonrojadas.

Traté de abrirme paso entre la gran multitud para llegar a la barra; al llegar, me senté en un taburete de cuero negro, logrando así llamar la atención del bartender. "Bienvenido a Velvet Lounge, ¿qué te puedo servir esta noche?", preguntó mientras servía una bebida a la persona a su lado. "Gracias, pero vi el cartel de afuera en el que mencionan que buscan personal". "Ah, el cartel; déjame verificar que el puesto aún no está ocupado, un segundo". El bartender se alejó un momento, dejándome solo; miré a mi alrededor, logrando percibir desde mi nueva perspectiva algunas decoraciones que no había apreciado antes, como los sillones de cuero, algunos jarrones, el lugar donde se encontraba el DJ. La música retumbaba en mis oídos y los reflectores se movían de un lado a otro, animando el ambiente.

"Lindo, el gerente quiere hablar contigo, ¿ves la puerta del fondo?" "Sí, la veo". "Esa es la oficina del gerente; él te está esperando ahí". "De acuerdo, muchas gracias", dije mientras me bajaba del taburete de cuero. "No hay de qué, suerte; me llamo Max". "Gracias, Max". Después de eso, me dirigí a la puerta del fondo, en la que el gerente de este bar me esperaba.

La puerta era negra y lograba camuflarse con los colores del bar. Tocó la puerta y entré al escuchar un sonido afirmativo detrás de esta; al entrar, un hombre mayor, tal vez unos 50, estaba sentado atrás de su escritorio fumando un puro. "Siéntate, Lennah; ¿te llamas así, no?", dijo con burla.

"Así es, señor". Me senté en el sillón enfrente de aquel escritorio.

" Eres muy lindo Lennah, mira te podría ofrecer el puesto de mesero pero tienes muy buen cuerpo como solo para servir tragos, ¿no te interesaría ser stripper?"

Lennah se sintió incómodo con el comentario del gerente y su mirada lasciva. Se ajustó en el sillón, intentando mantener la calma.

"Señor, vine aquí para hablar sobre el puesto de mesero, no de stripper", dijo con firmeza, intentando establecer límites claros.

El gerente se rió y exhalaró el humo del puro, mientras su mirada seguía recorriendo el cuerpo de Lennah.

"Ah, entiendo. Eres una chico con principios", dijo con sarcasmo. "Bueno, no te preocupes, no te obligaré a hacer nada que no quieras. Pero déjame decirte que podrías ganar mucho más dinero como stripper".

Lennah se sintió molesto y ofendido por la insinuación. Se preguntó si había tomado una mala decisión al venir aquí.

"Señor, si no es posible hablar sobre el puesto de mesero, prefiero irme", dijo, preparándose para levantarse del sillón.

El gerente levantó la mano, deteniéndola.

"Espera, espera. No te vayas tan rápido. Hablaremos sobre el puesto de mesero".

Lennah se sentó en el sillón enfrente del escritorio de Gerente , sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación.

"Como mesero, tendrás que ser amable y eficiente", dijo Julian, su mirada penetrante.

Lennah asintió con la cabeza, pero notó que gerente parecía estar evaluándolo.

"¿Qué te trajo aquí?" preguntó, su voz ligeramente sarcástica.

Lennah se sintió incómodo, pero respondió con confianza.

"Estoy buscando una nueva oportunidad".

Lo que al gerente le provocó una risa que hizo que Lennah se sintiera inseguro.

"¿Y qué hace que creas que puedes hacerlo aquí?" preguntó.

Lennah se sintió desafiado.

"Estoy dispuesto a trabajar duro y aprender", dijo.

El gerente se inclinó hacia adelante,mostrando su mirada intensa.

"De acuerdo, el trabajo es tuyo, pero tendrás que empezar hoy ya que estamos cortos de personas y no puedo permitir que los clientes no estén bien atendidos".

"Muchas gracias señor".

" No me des las gracias niño, cualquier error serás despedido".dijo antes de darle un sorbo a su whisky.

Lennah se sintió un golpe de realidad al escuchar las palabras del gerente. La mirada intensa de él la hizo sentir que estaba siendo evaluado constantemente.

"Entendido, señor", dijo Lennah, intentando mantener la calma.

El gerente asintió con la cabeza y se recostó en su silla.

"Max, el bartender, te enseñará todo lo que necesitas saber. Y recuerda, no hay errores permitidos."

Lennah asintió de nuevo y se levantó de su silla.

"Gracias, señor", dijo, aunque el gerente ya no lo miraba.

Al salir de la oficina, Lennah se sintió un poco abrumado. Pero estaba decidido a demostrar que podía hacerlo.

Al entrar en el bar, Max lo recibió con una sonrisa.

"¡Hola! El gerente te contrató, ¿eh?" preguntó.

Lennah asintió.

"Sí, voy a empezar hoy mismo."

"Un mal comienzo" dijo " pero no te abrumes, yo te ayudare".

"Gracias Max ".

Aún con la ayuda de Max me sentía muy cansado, fue un día muy ajetreado pero mi noche todavía no empieza.

Descripción de personajes.

Lennah Vandel
Edad: 20 años
Altura: 1,75
Ojos: café oscuro
Cabello: castaño oscuro
Piel: trigueña
Complexión: delgada pero en forma.

Es un inmigrante de un pequeño pueblo de París, Francia y ronda por las calles de New York en busca de una oportunidad laboral.

Max Ferrer.
Edad:22
Altura:1,80
Ojos: Café
Cabello:Miel
Piel: Clara

Es un trabajador del bar con mucha experiencia, hábil en su oficio y con una actitud positiva.

ENTRE CADENAS MALDITAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora