LA REUNIÓN DECISIVA

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La mañana del día siguiente llegó con un cielo grisáceo que prometía lluvias. Lennah se despertó con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo, el corazón latiendo con fuerza mientras recordaba lo que estaba en juego. Se vistió con cuidado, eligiendo una camisa que le diera un aire profesional, aunque todavía se sentía como un pez fuera del agua.

Después de un rápido desayuno en una cafetería cercana, se dirigió al bar. A medida que se acercaba, las dudas comenzaban a asaltarlo. "¿Y si no le agrado a Arthur? ¿Y si no estoy a la altura?", pensó, sintiendo cómo el nudo en el estómago se afianzaba. Pero se recordó a sí mismo que esta era su oportunidad para brillar.

Al llegar, el bar aún estaba cerrado, pero ya había un ambiente de anticipación en el aire. Max estaba detrás de la barra, preparando todo para la apertura.

"¡Buenos días! ¿Listo para la gran reunión?", preguntó, notando la expresión en el rostro de Lennah.

"Intentando estarlo", respondió Lennah, intentando mostrar una sonrisa que ocultara sus nervios.

Max le dio una palmada en el hombro. "Recuerda, eres más que capaz. Arthur solo es una persona. Enfócate en lo que quieres lograr y no en quién es él".

Justo cuando las palabras de Max comenzaban a calmarlo, la puerta principal se abrió de golpe, y Alan Wilson apareció, con su aire confiado y una carpeta bajo el brazo.

"Buenos días, Lennah. ¿Listo para conocer a Arthur?"

Lennah asintió, tratando de ocultar la tensión en su rostro. "Sí, estoy listo".

"Bien. La reunión es en la oficina de arriba. He solicitado a Arthur que venga un poco antes para tener tiempo de prepararnos", explicó Alan, su voz firme y autoritaria.

Subieron las escaleras hacia la oficina, con el corazón de Lennah latiendo más fuerte a cada paso. La puerta estaba entreabierta y, al asomarse, pudo ver a Arthur Miller de pie junto a la ventana, contemplando la ciudad con una mirada intensa y penetrante. Su figura alta y esbelta proyectaba una presencia dominante que lo hacía parecer casi sobrehumano, como un titán entre hombres.

Arthur giró lentamente, su cabello negro cayendo en una onda controlada sobre su frente. Su mirada, de un gris acerado, brillaba con una mezcla de curiosidad y desdén, como si pudiera ver a través de la fachada de cada persona.

"Buenos días, Lennah. He oído mucho sobre ti", dijo con una voz profunda que resonaba en el espacio, cargada de autoridad y respeto.

"Hola, señor Miller. Es un placer conocerlo", respondió Lennah, esforzándose por mantener la calma mientras sentía un escalofrío recorrer su espalda.

Arthur se cruzó de brazos, y el aire en la habitación pareció volverse más denso. "Alan me ha contado sobre tu posible participación en el proyecto. Estoy interesado en saber qué puedes aportar".

Lennah sintió que su estómago se encogía. "Estoy entusiasmado con la posibilidad de contribuir. Creo que puedo ayudar a conectar con la comunidad y generar interés en el proyecto".

Arthur lo observó con una atención inquebrantable, sus ojos escudriñando cada palabra que pronunciaba.

"La comunidad es clave en este tipo de iniciativas. Necesitamos auténtico compromiso, no solo palabras vacías. ¿Cómo planeas lograr eso?"

La pregunta lo tomó por sorpresa. Lennah tomó una respiración profunda y trató de articular sus pensamientos.

"Creo que es importante entender las necesidades y preocupaciones de la gente. Podríamos organizar charlas y eventos en el bar para fomentar el diálogo. La comunicación directa puede crear un sentido de pertenencia".

Arthur lo miró fijamente, como si intentara desentrañar cada una de sus palabras. "Interesante. Pero debes saber que esto no es solo un proyecto. Es una misión. Cada acción que tomemos debe estar alineada con nuestros objetivos, y los resultados deben ser medibles".

"Lo entiendo, y estoy dispuesto a aprender", respondió Lennah, sintiendo un impulso de determinación. "Sé que no tengo toda la experiencia, pero estoy comprometido y quiero hacer una diferencia".

Arthur sonrió de manera sutil, aunque su expresión era difícil de descifrar. "Esa actitud es prometedora. Pero debes saber que las expectativas son altas y no toleraremos la mediocridad. Quiero ver resultados".

"Lo haré", prometió Lennah, sintiéndose más seguro a medida que la conversación avanzaba.

Alan intervino. "Hemos estado pensando en estrategias para involucrar a la comunidad. Queremos que la gente sienta que esta es su iniciativa. Necesitamos que ellos se conviertan en defensores del proyecto".

"Eso es clave", asintió Arthur. "Las redes sociales serán un recurso importante. También debemos considerar colaboraciones con organizaciones locales para maximizar nuestro impacto".

A medida que discutían ideas y estrategias, Lennah se dio cuenta de que había algo hipnótico en la forma en que Arthur hablaba. Su confianza y pasión eran contagiosas, y aunque a veces podía parecer intimidante, había una chispa de genio que lo hacía fascinante. La autoridad que emanaba era inconfundible; no solo se trataba de su posición, sino de una presencia que obligaba a los demás a escuchar.

La reunión continuó con un intercambio de ideas, y Lennah se sintió cada vez más involucrado. Comenzó a notar la química entre él y Arthur, aunque había un aire de tensión que no podía ignorar. Arthur era exigente, pero también parecía reconocer el potencial de Lennah, lo que lo motivaba aún más.

Finalmente, después de horas de conversación, Arthur se levantó.

"Tengo que irme a una reunión, pero seguiré en contacto. Lennah, creo que podrías ser una adición valiosa al proyecto. Alan, cuida de él".

Arthur salió de la oficina, dejando a Lennah y Alan en un silencio cargado de energía.

"Lo hiciste muy bien", dijo Alan, dándole una palmada en la espalda. "Arthur no suele mostrar interés en las personas, pero creo que vio algo en ti".

Lennah sintió que una mezcla de alivio y emoción lo invadía. "Gracias, pero... ¿realmente cree que puedo hacerlo?"

"Sin duda. Ahora, solo sigue trabajando duro y mantén esa actitud positiva. Esto es solo el comienzo", dijo Alan.

Mientras salían de la oficina, Lennah sintió que el peso de la incertidumbre se levantaba lentamente. Había dado un paso adelante, y aunque el camino por delante sería difícil, tenía la oportunidad de marcar la diferencia.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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