Secretos revelados: "De nada sirve esconderse"
(Parte 2)─ ¿guardaras el secreto?
M: sabes que no haría nada que te perjudique.
─ Si, lo sé. Este es nuestro secreto ¿esta bien? ─ ella asintió y dejó escapar un tímido " Si"
Tomé su mano, ella me sonrió dulcemente, sus ojos color esmeralda conectándose con los mios en un brillo de ternura.
Pero el momento se vió arruinado por el escándalo que se escucho en la planta baja ¿Que estaba pasando?.
M. MISAKI:
Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que visité Japón; realmente ha cambiado mucho desde entonces. A decir verdad, quizá hubiera sido mejor no haber vuelto. Desde que llegué, lo único que he hecho es acumular estrés. La inspiración que tanto esperé encontrar no ha aparecido, pero sí un problema tras otro, como si el país mismo me recibiera con hostilidad.
Tras un largo paseo por la ciudad, decidí regresar. Tomé un taxi y le indiqué la dirección de la casa. A estas horas, Mía debería estar despierta.
Al llegar, percibí de inmediato una tensión en el ambiente, una inquietud en el aire que no se sentía antes. Ya había notado que a esa familia no le faltaban los problemas, pero todo había estado relativamente tranquilo... hasta ahora.
Entré en la casa y escuché un estruendo proveniente de la parte trasera. ¿Era esto normal aquí? Intrigada, seguí el sonido hasta el origen del bullicio, sospechando que Mía también debía de estar allí. En el pasillo, ella se acercó corriendo hacia mí con el rostro desencajado, tratando de decirme algo entre susurros y jadeos, aunque apenas lograba entenderle. Solo alcanzaba a distinguir el nombre de Nate.
—Cariño, tranquila... No entiendo lo que me dices. —Intenté calmarla, pero su angustia era evidente. Ella señaló desesperadamente hacia el patio trasero, y avancé hasta allí para ver qué era lo que tanto la preocupaba.
Lo que encontré fue una escena que jamás hubiera imaginado. Esa mujer fuera de sí, sostenía una espada con una firmeza que no dejaba lugar a dudas: quería hacer daño. Sus víctimas, ni más ni menos que su esposo e hijo, trataban de esquivarla en una danza desesperada por sobrevivir. Ella debía de haber perdido la cabeza.
Nate estaba allí, bloqueándole el paso, tan temerario como insensato. El cabeza de familia también intentaba calmarla, pero el miedo los tenía a ambos paralizados, impotentes ante la amenaza de esa hoja afilada que ella blandía sin piedad. Genma corría en círculos, aterrorizado, sin saber hacia dónde huir. En ese momento pensé, casi con cinismo, que quizá el destino de ese idiota era acabar así.
Pero el pobre chico, él solo estaba allí, congelado, con la mirada fija en su madre, incapaz de comprender por qué alguien que debía protegerlo ahora intentaba destruirlo. Esa no era una imagen que un hijo debería llevar consigo de su madre.
Yuki:
Me abalancé sobre la señora Nodoka,
intentando arrebatarle esa katana con
todas mis fuerzas. Sin embargo, su agarre era férreo, casi desesperado, y mi fuerza no fue suficiente. ¿Realmente estaba decidida a matar a su propio hijo? Algo en sus ojos, en el temblor apenas contenido de
sus labios y en las lágrimas que luchaba por reprimir, me decía que no.En un intento desesperado, el señor Tendo se lanzó para desarmarla, y ambos caimos al suelo, dejando la katana en sus manos una vez más, Entonces ocurrió algo desgarrador: la señora Nodoka cerró los ojos, como si buscara apartarse de su
propia realidad, y avanzó directamente hacia Ranma, su hijo. Le grité con toda la fuerza de mis pulmones que corriera, pero él permanecib inmóvil, demasiado atónito para reaccionar.M.Misaki:
¿cómo es posible que dos personas no
pudieran detener a alguien tan frágil?
Era realmente patético.Alcé la mirada, esperando encontrarme con una expresión llena de furia, unos ojos desbordados de ira, pero, en cambio, vi un rostro desgarrado por la tristeza, las lágrimas apenas contenidas se acumulaban en el borde de sus parpados, a punto de caer en cualquier momento. Era evidente que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por retenerlas, como si intentara mantener intacta una barrera frágil que amenazaba con romperse con cada segundo.
No pude evitar sentirme sorprendida.
Estaba claro que no quería hacer esto.
Entonces, ¿por qué lo hacía? La espada,
que logré hacerle soltar, giró en el aire y cayó a unos metros de distancia, pensé que al verla fuera de su alcance, se rendiría. Pero no fue así.Sin vacilar, corrió en dirección a la espada, decidida a recuperarla, Nate aprovechó la oportunidad para tirar de su hermano, intentando ponerlo a salvo. Pero no serviría de nada huir si no lograban detenerla.
«¡Ahg, qué mujer tan persistente!»
No tenía idea de lo que pretendía hacer,
pero fuera lo que fuera, no pensaba
permitirle que lastimara a un joven
inocente. La alcancé sin esfuerzo y la
rodeé con mis brazos, intentando neutralizarla sin hacerle daño, Ella luchaba con fuerza, esforzándose por liberarse mientras sollozaba desesperadamente.— Maldita sea! ¿Puede calmarse?
NS: Suélteme, por favor! -gritó, su voz
quebrada y desesperada.—¿No se da cuenta de lo que está
haciendo?!-Le hablé con firmez, aunque sentía mi paciencia al borde del
agotamiento.NS:¡Usted no entiende! ¡Suélteme! -
respondió entre sollozos y forcejeos.«Esta es la mujer más obstinada que he
tenido la desgracia de conocer», pensé,
frustrado. Para este punto me arrepentía de haberme metido en esto.Había intentado calmarla por las buenas, pero al ver que no cedía, decidí tomar otra medida, vi una apertura y extendí mi mano, golpeando, con dos dedos, suavemente un punto
preciso en el lateral de su cuello, El
impacto fue sutil, casi imperceptible para los que nos observaban, y en pocos segundos su cuerpo dejó de luchar.R: ¡Mamá! — el chico trenzado se acercó notablemente preocupado por el Estado de su madre, seguido por el resto de la familia que se amontonados alrededor.
H: ¿Esta muerta...?
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¡𝙍𝘼𝙉𝙈𝘼 𝙏𝙄𝙀𝙉𝙀 𝙐𝙉 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝙊!
Fanfic𝐑𝐓𝐔𝐇│❝ 𝐒𝐚𝐛𝐢𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐲𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐦𝐚𝐬 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞...❞ . . . Ranma, es el heredero de la dinastía Saotome, está comprometido con Akane, la hija menor de la familia Tendo. Ranma siempre pensó que era hijo único...